Pasado presente

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Hola, gente, hace varios días que no actualizaba este fic, pero aquí está y ojalá les guste para que haya valido la pena la espera de quienes siguen mis historias. 

Buena lectura 😉

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El joven James entró a la casa de Bette Porter y su familia con dos galones de gasolina que puso en la sala, subió las escaleras y vio a la mujer de su vida tratando de calmar a una agitada y llorosa Regina.

James: Déjala en la cuna- Habló con pasmosa tranquilidad.

Cora: James, pensé que ya te habías ido- Su voz era temerosa y sus ojos estaban rojos.

James: Hazme caso y deja a esa mocosa en la cuna.

Cora: Tranquila, mi amor- Dejó a la pequeña morena en la cuna que comenzó a llorar más- James, por favor, ya déjanos en paz, Ginny está muy asustada- Suplicó. 

James: Yo tendría que haber sido el padre de esos chamacos, pero elegiste mal, ¿Qué esperabas estando con una bombera muerta de hambre y sin poder como Bette? – La mandíbula de la mujer se apretó y quiso abofetearlo, pero su mano fue detenida en el aire- Yo te habría dado todo, Cora, pero no quisiste- Le acarició el rostro con la mano enguantada- No quisiste- La tomó del pelo y la arrastró a la habitación principal.

Cora: No, por favor, James, mis bebés- Suplicó entre lágrimas.

James: Te va a gustar más mi cogida que la de ese bicho raro que elegiste como esposa- La empujó sobre la cama abusó de ella.

Cora estaba tan devastada que no se dio cuenta que James todavía estaba en la casa, salió a ver a sus mellizos y Graham estaba dormido, mientras que Regina, a pesar de ya no emitir chillidos, derramaba gruesas lágrimas que nublaban sus grandes ojos marrones.

Cora: Mi vida- La tomó entre sus brazos y la niña comenzó a llorar con tanta fuerza que despertó a su hermano.

El sentido del olfato de Cora se aguzó a pesar de sentirse terrible por lo que le hizo James, y el olor a gasolina invadió sus fosas nasales, con todo el dolor de su corazón dejó a los mellizos en la cuna y corrió hacia las escaleras, su corazón se detuvo por un momento al ver a James rociar gasolina en los muebles.

James: El fuego es más algo de Bette, siempre he pensado que para ser bombero hay que estar medio mal de la cabeza- Dejó el galón y le sonrió cínicamente y Cora corrió de regreso a la habitación de los niños y cerró la puerta con seguro.

Cora: James, por favor déjanos en paz- Comenzó a llorar y puso una silla para atrancar más la puerta- Ya mis niños- Les hablaba a sus mellizos que lloraban- Todo va a estar bien.

James: Si no van a ser míos, no van a ser de nadie, Cora- Dijo con tranquilidad y prendió fuego.


Hace unos meses...

Gold: Por favor entiéndeme, no puedo evitar hablar de ese tema, ¿Te das cuenta? Se van a cumplir 25 años- Se recargó en la silla del bar.

David: Eres periodista, cabrón, tú controlas la verdad.

Gold: Esta vez se me escapa de las manos, el caso de la carnicera de Boston fue tan popular que todos los periódicos hablaban de ello, y ahora resulta que Bette Porter, en menos de un año va a salir de la cárcel, todos los periódicos van a volver a esa historia.

Donde hay fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora