Las coincidencias no existen

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Hola, espero no se hayan rendido con esta historia, porque yo no lo he hecho 😉

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Regina: ¿Qué tienes que decirme? – La tomó de la mano a través de los barrotes de la celda, como si la rubia fuera su ancla.

Emma: Regina, he hecho muchas cosas mal, pero te juro que lo voy a hacer mejor- La miró con lágrimas en los ojos- Te lo juro.

Regina: Emma, no te entiendo, ¿De qué hablas?

Emma: Me siento muy culpable- Sollozó.

Regina: ¿Culpable de qué? – Le secó las lágrimas con ternura.

Emma: ¿Por qué tenías que traicionarme, Regina? ¿Por qué? Si yo he hecho todo por ti, si yo te amo tanto- Bajó la cabeza.

Regina: Oye- La tomó de la barbilla- Mírame- La rubia levantó la mirada- Lo de Elsa fue una estupidez de mi parte, perdóname, yo también te amo- La rubia logró esbozar una débil sonrisa- ¿Qué es lo que me tienes que decir? ¿Qué pasa?

Emma: Yo- Se escucharon pasos acercándose.

Bette: Ginny- Se acercó y tomó la mano de su hija.

Regina: Bette, sácame de aquí, por favor, te juro que yo no hice nada.

Bette: Lo sé, a eso vine, tranquila, mi amor, Neal me recomendó un abogado, fue él quien consiguió que pudiera entrar a verte- Miró a Emma y frunció el ceño, pero regresó la mirada a su hija- Te vamos a sacar de aquí, confía en mí.

Regina: Ok, ok, gracias- Exhaló.

Emma: Yo las dejo solas para que hablen- Se movió torpemente.

Bette: Oye, Emma, ¿Cómo entraste hasta aquí? – La miró con sospecha.

Regina: Emma estaba por decirme algo- La rubia la miró por unos segundos y salió a toda prisa- No, Emma, espera, por favor no te vayas- No tuvo respuesta.

Bette: Tranquila, cariño, ahora vuelvo- Siguió a la rubia- Emma, ¿A qué viniste? ¿Ibas a decirle a Regina lo que pasó en el baile? – Emma, en lugar de responder, salió corriendo.


Anna: ¿Qué fue lo que hice mal para que terminaras engañándome con un hombre? – Preguntó con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Killian: Esto no tiene que ver contigo.

Anna: ¿Ah, no? ¿Y quién es la que quedó como pendeja frente a todo el mundo? ¿Quién es la que tiene que encarar a sus papás y decirles que siempre no se casa porque a su novio le gustan los hombres?

Killian: ¿Y tú crees que esto a mí no me duele, Anna? – Se le quebró la voz- Que más hubiera querido que tener la claridad que tengo ahora cuando te conocí, pero no, todavía no sabía bien quien era, y pensaba que lo que me estaba pasando era una etapa.

Anna: ¿Fui tu pantalla? – Preguntó con amargura.

Killian: No.

Anna: ¿Me usaste para que nadie se diera cuenta?

Killian: No, yo te quise, y te quiero- Puso la mano en la mejilla de la joven, pero esta de inmediato la quitó- Pero pensé que esa forma de querer era todo lo que se podía sentir.

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