Roier no estaba seguro de qué es exactamente lo que le molesta de esta situación.
No puede pensar bien en ello, aunque le gustaría saber. Quiere entenderse, saber por qué hasta ahora estaba siendo un gran desastre.
Parecía ser que cualquier decisión que tomaba siempre terminaba en el mismo lugar: En su antigua casa, que había visto mejores tiempos y mejores personas. Como todo lo que pasaba por su vida, también se estaba deteriorando y ahora no podía retener correctamente el calor dentro de ella.
Era increíble (desagradable) como ya había llegado el invierno a la isla. Las paredes que en el verano le entregaban frescor, ahora lo dejaban desprotegido frente frío de la tarde.
Se siente abatido y con frío.
Y puede ser... Que crea que su esposo es culpable de todas estas cosas, lo cual es irreal y de alguna manera logra ponerlo aún más triste.
Cellbit. No puede decir mucho de él ahora mismo. Ha estado en la carrera presidencial desde que se casaron, anunciando su candidatura el mismo día que ocurrió el matrimonio. Algo que sin duda hacía inmensamente feliz a Roier en el momento, pero que ahora lo tenía en su peor era. Usando la misma ropa sucia con la que duerme, comiendo comida recalentada y viviendo en un cuarto que se parece a esas fotos de las habitaciones de los adolescentes deprimidos.
Estaría bien, si no fuera porque Roier es un adulto joven que (se supone) se encuentra felizmente casado. No es un adolescente deprimido.
No es que hubieran terminado ni nada por el estilo, ni siquiera han tenido una pelea real sobre esto. La verdad, si lo piensa bien, Roier no está seguro de cuál es el problema siquiera y si él no lo sabe, probablemente ni Cellbit sepa que hay un problema.
Es absurdo-es un tema de Roier y se siente como si esto no estuviera bien. Se encontraba tenso, temblando ligeramente y apestando toda la habitación con un olor creciente de angustia por sentirse solitario, cuando su marido solo había estado fuera por cinco días.
Roier debería estar calentito, acostado con Cellbit, siendo consolado con amor. En cambio, se encontraba con los dedos de los pies congelados, rodeado de su triste y solitaria casa de madera, llena de recuerdos que en realidad le gustaría ignorar.
¡Pero también le gustaría estar enojado!
Y tenía buenas razones para hacer un berrinche, porque cuando decidió casarse con Cellbit y acepto estar en las buenas y en las malas, jamás pensó que eso significaría que en el futuro iba a estar luchando por pararse de la cama para ir a la cocina y hacer una cena para uno... Por quinta noche consecutiva.
Dios, sabe que está siendo infantil, sabe que la comunicación lo es todo y sabe que su esposo lo ama más que a nada. El tema es que cuando piensa en cómo ha estado durmiendo sin compañía sus ojos se llenan de lágrimas. Pero eso es exagerado ¿Está exagerando? Sí, es probable.
Está sensible ¿vale?
Siente esa cosa que le da a veces, eso de que tener los nervios de punta, donde un momento está bien y al siguiente está llorando. Se siente cansado, frustrado y tiene tanto frío, porque la puta estufa no hace nada.
El silencio está bien para él, pero lo hace ser consciente de que está solo.
Paseaba de un lado a otro por la casa, fingiendo que, cuando tomaba la basura del piso, estaba haciendo algo por mantener cómodo su espacio. En realidad, no está haciendo una mierda, porque por más que recoge todo parece igual de sucio y apesta. Él termina en el sofá desparramado, siendo tan inútil que cuando estaba parado.
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Él está en mis DM's/Sprobit/Spiderbear/Guapoduo
FanfictionSpreen vuelve a la isla después de alejarse durante un año. Cuando vuelve, se encuentra con que Roier está casado. Roier se encuentra con que Spreen necesita mucho más de lo que aparenta. Tiene que dejar su odio de lado. Cellbit no tiene idea de qui...