Roier casi nunca cedía a sus emociones.
Era descuidado algunas veces, tenía periodos donde su mente fluctuaba, y cuando las cosas empeoraban, puede que se negara a si mismo la idea de ser cuidado por otros.
Para ser tan sociable, en algún punto de su vida había desarrollado una tendencia a aislarse en sus peores momentos.
Durante el tiempo donde tomo el papel de psicólogo para los habitantes de la isla, también descubrió que las contradicciones en la mente de las personas son algo. Se da cuenta de que es muy común y el conocimiento lo ablanda sobre sus propios problemas mentales. Ahora se dice a si mismo que no es tan grave, otros han pasado por cosas peores.
Hay señales obvias de que hay algo mal: Su insomnio esporádico, los pensamientos intrusivos, esa cosa que hace con la pierna cuando se pone nervioso, etc.
No son las únicas señales, pero como todo lo que no puede resolver, decide que es mejor ignorar. A estas alturas lo mejor era seguir avanzando y mantenerse fuerte. Siempre fuerte, a pesar de todo.
Se queda mirando a Spreen con expectación cuando los recuerdos empiezan a remover ciertas cosas de su sitio. Se acomoda en su silla y se hace más pequeño cuando se da cuenta de lo mucho que está pensando indebidamente, cuando en realidad debería prepararse para la discusión que se venía.
Su cuerpo se sentía demasiado pesado por el abanico de posibilidades frente a su cara. Se le ocurren miles de razones por las cuales Spreen podría estar aquí y ninguna de ellas era positiva, pero tampoco podría saberlo, no cuando él otro estaba siendo tan poco comunicativo, entre otras cosas.
El sudor de su espalda ya no es tan molesto como hace unos minutos, ahora puede pensar en alguna manera de sacarle conversación a ... ¿Su amigo? ¿Su conocido? ¿Un extraño? No está seguro de que es Spreen para él ahora. Todas podrían ser correctas, pero ya sabes, ha pasado demasiado tiempo.
Con un suspiro, busca tímidamente la mirada de Spreen. Aprieta sus manos ociosamente en su regazo, pensando en cómo podría romper el silencio de manera adecuada con alguien que se había vuelto tan desconocido para él.
Lo observa con ojos entrecerrados, mientras que la figura toma el líquido caliente de su taza. Spreen está observando el fuego con la mirada perdida mientras traga. Puede ver el fuego reflejándose en las pupilas dilatadas del otro. No está seguro si en verdad observa algo dentro de esas llamas o solo... Se disoció.
O Tal vez solo está siendo un imbécil poniendo a Roier en una situación incómoda de manera intencional.
Se está exasperando.
"Entonces... ¿Dónde estuviste?"
Spreen se voltea a mirarlo de manera distraída, con el ceño levemente fruncido "Por ahí" divaga.
"Oh..." Roier parpadeo. No esperaba que fuera tan cortante, no sabe pelear contra esa indiferencia "Claro, yo conozco mucho por ahí" Resopló "No se me había ocurrido, qué pendejo"
Ahora también tiene el ceño fruncido. Se apoya contra sus codos en el asiento donde se encuentra y mira a Spreen, que parece haber despertado frente aquella provocación.
La pequeña mueca sonriente que emerge de su rostro inquebrantable logra ponerlo tenso casi de inmediato, está suficientemente intimidado para arrepentirse de su comentario anterior.
"No conoces una mierda" gruñe Spreen, mirándolo fijamente.
Roier ya no quiere tener que devolverme la mirada. Está tan incómodo que siente que se le hunde el pecho.
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Él está en mis DM's/Sprobit/Spiderbear/Guapoduo
FanfictionSpreen vuelve a la isla después de alejarse durante un año. Cuando vuelve, se encuentra con que Roier está casado. Roier se encuentra con que Spreen necesita mucho más de lo que aparenta. Tiene que dejar su odio de lado. Cellbit no tiene idea de qui...