Revisa tus mensajes antes de salir

559 55 17
                                    

Al final pasa mucho más tiempo de lo que normalmente debería tomar informar algo tan importante y cuando se da cuenta de su error ya no se siente como una buena idea decirlo. No después de tres semanas sin decir ni una palabra.

Está mortificado.

¡Es totalmente su culpa! Acepta la responsabilidad como un campeón. Tuvo la oportunidad en diferentes ocasiones de contarle a Cellbit sobre la llegada de Spreen mientras él estaba fuera, pero cada vez que se habría el tema Roier se bloqueaba y terminaba hablando de otra cosa.

En un momento su ansiedad se había hecho tan grande que simplemente se abrazó a la idea de que Spreen aparecería frente a alguien más de la isla y se resolvería. Roier no estaría atrapado en tener que explicar cosas que no le gustaría explicar y todo el mundo se evitaría un enfrentamiento.

El problema es que pasan las semanas y nadie ha dicho ni una palabra de Spreen.

Nadie lo menciona en la tienda, ni en la guardería, ni cuando recibe visitas.

Los carteles de búsqueda siguen pegados en las paredes.

Ahora estaba atrapado en una mentira gigantesca que se sentía como estar alucinando. Quiere morir. Quiere escarbar una tumba y tirarse adentro. No buscaba esta incertidumbre, no es un mentiroso, pero ya había pasado demasiado tiempo para siquiera mencionar algo de manera casual.

Lo peor es que al parecer era el único que había tenido un encuentro con Spreen en todo este tiempo, o si alguien más lo sabía, se estaba haciendo pendejo igual que él.

O puede ser que simplemente Spreen había decidido volver a irse sin avisar.

Aghh, son demasiadas cosas, demasiadas dudas. Roier agradece que nadie lo necesite para pensar, no es bueno en eso.

"Bebé, estaré abajo preparando unas cosas antes de que salgamos" Cellbit asoma la mitad de su cuerpo dentro de la habitación. Lo saca de su flujo de pensamiento.

Está acostado en la cama compartida que tenían en el castillo. Tiene toda su ropa desordenada sobre las cobijas, había sacado todo de los cajones para poder elegir algo con que vestirse para poder acompañar a su esposo a una reunión de La Orden.

En algún momento debe haberse quedado reflexionando.

"Sí, no hay problema" Responde mirando el techo "Ya casi termino de vestirme" Miente. Cellbit se retira y Roier se levanta para dejar de procrastinar.

No sabe por qué está eligiendo ropa linda para poder ir a una reunión de un proyecto del cual ni siquiera forma parte. Como a todos, le gusta verse bien la mayor parte del tiempo, pero estos últimos meses se habían vuelto difíciles en cuanto a hábitos se trataba.

Pensaba que era la depresión típica de los omegas que han sido alejados de sus parejas por demasiado tiempo, pero cuando Cellbit vuelve de sus actividades ajetreadas y finalmente puede descansar de todos los preparativos del debate, Roier se sigue sintiendo solo y desanimado.

Le gustaría saber si siempre fue así.

No es el único en la isla que tiene ese cuestionamiento.

La gran pregunta de que si antes de llegar a la península, sus mundos y sus personalidades eran igual o diferentes de cómo eran ahora. Roier pensaba que... De algún lugar deben venir los miedos, las inclinaciones a ciertos temas o las cicatrices (tanto físicas como psicológicas).

La amnesia no hacía mucho por ayudar con esta confusión.

Todo lo que es previo a la isla se siente desconocido, pero a la vez se siente melancólico. Roier pasaba tanto tiempo intentando estar bien, que siempre llega a la misma conclusión de que las personas no deciden de un día para otro tener problemas mentales. Esto viene con él, esto lo trae en sus huesos.

Él está en mis DM's/Sprobit/Spiderbear/GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora