MI DULCE BRUJITA

"La Vida Sigue..." (Epílogo)

Como hacía cinco años, desde que estaban juntos, celebraban Halloween a lo grande en la empresa, y no por el día en sí, sino porque de alguna manera esta fecha les recordaría siempre el inicio de su relación y el fin de la pesadilla que durante años persiguió a Betty, y la tuvo tanto tiempo oculta bajo aquél disfraz de “Betty la fea”.

La vida era inmejorable, no solo para ellos, también para quienes los rodeaban. Por supuesto que con los percances normales de cada día, pero que de todas maneras no opacaban ni un poquito la tranquilidad y felicidad de todos.

En Ecomoda las cosas iban de maravilla, la empresa se mantenía posicionada como una de las mejores de Colombia, ahora ya no solo por los diseños de Hugo, sino también por los de Rosita, que se había revelado como una gran diseñadora, digna alumna de Dafne, la ninfa, quien la había introducido en el mundo del diseño...

La joven Pinzón, creaba la línea infantil y juvenil de Ecomoda, que se había comenzado a producir dos años atrás... Todos sus modelos parecían sacados de cuentos de hadas y encantaban a cuanto niño y niña que los usaba, habían prendas para todos los gustos, y con Hugo se adoraban...

Rosita que ahora tenía 26 años, estaba viviendo uno de los momentos más felices de su vida, estaba muy bien en la empresa de su cuñado, todos convivian en armonía en la gran “casa mágica” (aunque siempre cuidando para que nadie supiera de sus poderes) y estaba enamorada, como una quinceañera, de Nicolás Mora...

Betty recordada como se habían dado las cosas entre su amigo y su hermana, y la verdad es que le encantaba que ellos estuvieran juntos... Nicolás era un ser maravilloso, lleno de bondad, y que supo ver en su hermana mucho más que su belleza.

Y es que a pesar de que hace años habían logrado encontrar aquel hechizo para que los hombres no sintieran una atracción desmesurada hacia ellas y capaz de hacerles perder el juicio, la belleza de cada una seguía ahí, a la vista de todos para desespero de Armando, que se volvía loco con tanto hombre mirando y suspirando por mujer, pero ella siempre le tranquilizaba cuando decía que solo tenía ojos para él y que además solo le importaban las miradas que él le dirigía.

Las hermanas menores también habían aprendido que no podian tener nada con cualquier tipo y buscaban siempre tenerlos lejos, hasta que llegara el hombre que realmente las amara y ellas les correspondiesen de la misma manera.

Para Nicolás enamorarse de Rosita siendo tan bella y dulce fue fácil, lo difícil fue que siendo el tan tímido y ademas considerándose poco agraciado, creyera que podia tener algo con ella, pensaba que una joven como la hermana de su amiga, jamás podría fijarse en él.

Para Rosita las cosas tampoco fueron fáciles, la chica desde que lo conoció se conectó muy bien con el muchacho, se hicieron muy buenos amigos y de a poco, con esa dulzura y humor que tenía Nicolás, conquistó el corazoncito de la bella brujita, pero ella tenía miedo, como le pasó a su hermana, de hacerle daño y esto le impedia avanzar...

Lamentablemente, no podía, como Betty, leer pensamientos dirigidos a ella y no podía saber que Nicolas la amaba profundamente. También tenía miedo que el joven no tomara esto de “las brujas” tan bien como su cuñado, entonces si se arriesgaba a contarle, podría perder a su amigo y poner en peligro su secreto...

Betty siendo testigo mudo de lo que les pasaba a su amigo del alma y a su hermana, decidió ayudarlos... Primero a Nicolás con un cambio de look, pero solo para darle más confianza en si mismo y luego decidió hablar con su hermana...

B: Rosita... no se que estas esperando para hablar con Nico, yo estoy segura que él te ama tanto como tú a él, y sabes que eso es lo único que hace falta...