XII

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La misión: capturar a Deku se puso en marcha a las ocho. En la cena nos enteramos que el par de tortolitos saldrán mañana a una cita, su primera cita como novios, y no podemos dejar pasar esta oportunidad.

Mientras Bakugo y Deku se escaparon a las duchas con el resto de chicos, nosotras preparamos la trampa en su habitación. Yo me escondí en su armario, Mina detrás de su puerta, Hagakure lo estará esperando para un ataque sorpresa.

Escuchamos pasos en el pasillo y nos quedamos quietas esperando, hasta que la puerta se abrió y Deku encendió la luz.

—Buenas noches, Kacchan —se despidió en la puerta.

—Buenas noches Zuzu, saldremos a las diez, no lo olvides —escuché de la voz de Bakugo.

Que suerte que estoy en el armario, todavía no estoy lista para ver a Deku de esa forma, no me acostumbraré a ver como ese tonto rubio lo manosea, justo como lo está haciendo ahora, ¡puedo escuchar a Deku jadear maldición!

Deku soltó una risita, luego escuché la puerta cerrarse, ¡es nuestro momento!

—¿Qué es esto? —susurró Deku.

—¡Ahora, ya lo tengo! —gritó Hagakure.

Mina y yo salimos de nuestro escondite. Hagakure le puso a Deku cinta adhesiva en la boca, y lo aprisionó contra el suelo.

—Tómalo como un ataque sorpresa Deku —le dije mientras ataba sus manos con la cinta de seguridad.

Él se retorció, pero conseguimos atarlo y meterlo en el saco que Momo hizo. Entre las tres lo cargamos y salimos en silencio de su habitación. Por suerte nadie nos descubrió. Si fuéramos secuestradoras haríamos un excelente trabajo.

Tocamos tres veces la puerta, Jiro nos abrió y entramos con nuestra víctima retorciéndose como un gusanito. Dejamos a Deku sobre uno de los sofás de la habitación de Momo, cuando le quitamos el costal nos retó a todas con la mirada.

—Antes de que intentes huir Midoriya —comenzó Momo—, hay algo que tienes que saber de los chicos: si ya los atrapaste, lo mejor que puedes hacer es asegurarlos, volverlos tan adictos a ti que no se puedan resistir, ya tienes a Bakugo en tus manos, ahora tienes que ponerlo a tus pies.

No creí que ella tenía esa faceta, pero me gusta y la apoyo. Por otro lado, la cara sorprendida que puso Deku al escuchar eso fue arte.

—Momo tiene razón, Midoriya —siguió Jiro—, a la mayoría de los chicos les gusta que te veas linda en las citas, que seas femenina y esas cosas. A Bakugo le gustas, eso no significa que debas detenerte ahí, tienes que atraparlo.

—Para eso estamos aquí reunidas —dijo Hagakure—, tú has visto como es Bakugo, le gusta ir a la moda, es guapo y siempre se ve genial, y tú… no te ofendas Deku, pero no eres el mejor en cuanto a moda se refiere.

—¡¿No es el mejor?! —gritó Mina—, ¡no seas suave con él!, ¡Midoriya, la ropa de talla extra no te favorece para nada, tienes que hacer algo con las ojeras que siempre llevas, tienes que hidratar tu piel, y tu cabello es un desastre!

—Por favor dime que no pensabas ir a la cita así —suspiré. Ellas tienen razón, Deku tiene muchas cualidades como héroe, pero en cuestión de su aspecto… bueno, basta decir que ni siquiera se cuida de las cicatrices.

Entiendo que él esté bien con eso, pero siempre es bueno hacer algo por ti, y a juzgar por las cicatrices que lo envuelven, sé que a Deku le falta mucho trabajo que hacer.

Él bajó la mirada, creo que ya entendió nuestro punto. Tsuyu le quitó la cinta, y él solo suspiró.

—A veces no entiendo porque yo le gusto… si hay muchas chicas bonitas y fuertes en la escuela… —murmuró agachando la cabeza.

—Porque eres tú Deku, simple, no le des más vueltas —dije sin pensar—, hoy nos dejó claro lo que nos tenían bien escondido, él te quiere porque eres tú, Zuzu. Pero tenemos que trabajar en cómo te verás mañana.

—Ustedes tienen razón, no sé nada de esto. Mi mamá escoge mi ropa y sé que no es tan genial como la que usa Kacchan. Y mi cabello nunca está en paz, lo he intentado todo.

—Bien, tenemos un par de horas para dejarte listo. Señoritas, hora de trabajar —dijo Momo sin molestarse en ocultar ni un poco su emoción.

Deku no lo sabe, pero está a punto de convertirse en la muñeca barbie de todas estas chicas.

En veinte minutos organizamos una pijamada improvisada, la más divertida en la que he estado. Deku no intentó huir, se quedó quieto en el sofá mientras Mina le hacía pedicure, y Toru manicure. Se ve como toda una diva con sus manitas extendidas y el rostro cubierto de mascarilla de aguacate. Aunque aprovechando, todas nos pusimos la mascarilla, y mientras ellas trabajaban yo me encargué de peinar el cabello de Tsuyu.

—¿Y quién se confesó primero? —preguntó Mina.

Genial, es hora de las preguntas interesantes. Deku lo pensó un momento, mientras Momo entraba a la habitación con los bocadillos improvisados, llegó justo a tiempo.

—Kacchan, él se confesó primero —murmuró Deku—, unos días después de la pelea… Me acorraló contra un muro y dijo: “tú me gustas, nerd”.

Claro, Bakugo es y seguirá siendo un bruto, pero Deku no parece molesto con eso, él solo sonríe con nostalgia, supongo que realmente se aman.

—Nos escapamos desde entonces, a veces nos escondemos en la biblioteca o fingimos entrenar en el gimnasio y solo… hablamos, creo que he aprendido mucho de él en este tiempo, eso me gusta, pero hay tanto de Kacchan que todavía no sé…

No lo pude evitar, ninguna pudo, ese suspiro que demostraba cuanto nos enternecieron las palabras de Deku. Kirishima tiene razón, él es muy tierno.

—¡Qué romántico! —gritó Hagakure—, sino tengo una relación como esa no quiero nada.

—¿Y cuándo fue su primer beso? —esta vez fue Momo quien preguntó.

—Tres semanas después de ser novios —murmuró Deku, escondiendo la mirada—. ¡No puedo manejarlo, sentirlo tan cerca me pone nervioso!

—Sí claro, hace un rato dejaste que te manoseara y ahora te pones tímido por el recuerdo de un beso —dije cruzándome de brazos.

Él se quedó sin palabras.

—A nosotras no nos puedes engañar, Midoriya —habló Momo levantándose—, las mujeres somos expertas en esto. Así que podemos darte consejos. Mina, te toca.

Mina había terminado el pedicure, se sentó al centro de todos y estuvo feliz de contarnos todas las historias de citas que tenía, esa chica es popular con los chicos y soltó información valiosa para todas y para Deku.

Nos extendimos solo un poco más de dos horas, era esencial que Deku se fuera a dormir temprano, no podía tener ojeras el día de su cita. Después de hacer un milagro con su descuidado cabello y su piel reseca, pasamos media hora escogiendo la ropa adecuada para hacerlo verse lindo y que se sintiera cómodo. Solo después de dejarlo listo, lo dejamos irse a su habitación.

Además de iniciar una obsesión colectiva por el boys love, creo que iniciamos una tradición de viernes entre chicas y Deku.

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La clase A y el misterio del Wonder duo [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora