Capítulo 14: 🥀Reunión con los consejeros🥀

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Como si lo hubiera invocado con el pensamiento, halló a su Mano a pocos pasos de aquel salón. Este tenía una mirada serena, parecía imaginarse las palabras que Edward tuvo con el representante de la Santa Iglesia.

—Es preciso que mandes a llamar a los consejeros, Lord Herbert. Aunque, he de suponer que os habéis adelantado a mi orden, ¿cierto?

La sonrisa que Lord Herbert le dedicó apenas podía considerarse una, de lo pequeña que era.

—Por supuesto, majestad, es sin duda un asunto de suma importancia.

—En efecto, la sola presencia de Lord Emerald en el castillo, lo es.

Edward se hallaba bastante complacido con la actual Mano, quien una vez sirvió a su difunto padre. Deseaba ponerle al corriente pero optó por revelar lo sucedido, en el Salón del Consejo. Le pareció prudente no decir nada al respecto en los pasillos.

(Salónde Reuniones)

Apenas tardaron unos instantes en llegar al salón

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Apenas tardaron unos instantes en llegar al salón. Los guardias apostados
en la puerta, anunciaron la llegada de ambos. Dentro se encontraban dos de los consejeros, cuyas miradas se enfocaron en ellos.

—Majestad —Lord Aldous, el más anciano de todos, fue el primero en hacer una reverencia.

—Lord Herbert, nos convocó con urgencia en vuestro nombre. Supongo que se deba a la presencia de la Santa Iglesia en el castillo —Lord Charles, el padre de Baldwin, fue el siguiente en hacer una.

De todos sus consejeros, este era el que menos deseaba tener allí. No tenía nada en contra de la familia Boyle, excepto la sensación de culpa que le embargaba por no poder recuperar el cuerpo de su amigo. Enviar un grupo de soldados no sirvió de nada, pocos regresaron de tales pesquisas. Esto provocó que el consejero pidiese que la próxima expedición la realizaran Santos caballeros. Tras una reunión al respecto, se había llegado a la conclusión de que dicha acción podría causar una nueva guerra.

Incluso si comprendía las motivaciones de Lord Charles, mantener la paz resultaba más importante.

—En efecto, mas es preciso que esperemos a los otros consejeros —respondió la Mano del rey, que tomó asiento una vez lo hizo Edward.

—Ya no es necesaria la espera —las puertas se abrieron de nuevo, les daban la bienvenida a Lord Aland y a Lord Brantley.

Tras unas reverencias de parte de ambos, tomaron asiento. Lord Brantley era quien más interesado parecía en saber el porqué de la reunión.

(Saga) Legado De Sangre I: Fuerza De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora