one shots dom x Brian

Todos los tonos, sin filtro

By:Aurora Cee (SC182)

Dom vive su vida un cuarto de milla a la vez. Cuando está detrás de un volante, su vida se desliza en sombras oscilantes de gris, chasqueando y deslizándose sin problemas como pistones bien engrasados esperando para estallar a través de una pared final de velocidad. Es libre y decidido pero ciego y hueco a la cosa que conquista el gris.

En realidad, nunca le ha importado el lavado borroso de gris cuando se enfrenta a la cruda alternativa de paisajes en blanco y negro de la tienda, el garaje y Lompoc. Así que navega por su vida, las calles de Echo Park hasta las llanuras polvorientas del desierto y sus carreteras sinuosas, lo suficientemente rápido como para darle la esperanza de que si conduce lo suficiente, lo suficientemente duro, encontrará a esa persona que traerá su mundo. en una nueva luz.

Gray es muy complicado; Dom mantiene la cabeza gacha a medias, trabajando en la tienda y el garaje, pero aún gana nueva vida entre las intersecciones y las largas cuadras de calles y carreteras no tan vacías de las que nunca puede hablar honestamente con Mia.

Así que comienza otro día a medias, manejando negocios en la parte de atrás, un hormigueo detrás de sus ojos, y apenas nota el “Atún en blanco. Sin costras”, hasta que Vince ladra y Mia grita, dándole a Dom una nueva dirección.

Spilner entra en la vida de Dom con una actitud despreocupada que lleva la fuerza de un tornado en su voz y conocimiento de caminos curvilíneos y oleaje en su paso. El chico nuevo de Harry dice con seriedad: "Estaba en mi cara", con respecto a Vince, que acecha detrás de Dom como un puma listo para saltar.

Dom puede responder bruscamente, “Ahora, estoy en tu cara”, cuando se para entre ellos, pero él piensa: Azul, sus ojos son azules . De algún modo, sabe que los ojos de Spilner son azules y que la escena que los rodea comienza a desvanecerse y a desdibujarse en líneas que, por una vez, no son en blanco y negro.

Ve a Spilner merodear enojado hacia el camión, rojo , hacia el camión rojo, todavía escupiendo que "esto es una mierda" y Dom lo entiende .

Y luego viene la caída estomacal instintiva como caer por el hueco de un ascensor pero más lento de oh mierda .

Spilner no es una casualidad. Por supuesto que no lo es porque también debe ver en color, tal como lo hace Dom. Vuelve para la carrera; simplemente avanza para encontrar un punto y espera atención y lo absorbe.

Spilner puede mirar a la multitud, aunque su sonrisa es toda para Dom y hay demasiado color para que Dom tome. Amarillo, no, rubio: el color de su pelo. Sus ojos eran azules pero de un tono diferente al que Dom imaginaba. Dientes blancos y relucientes. Coche verde como manzanas de caramelo crujientes en el paseo marítimo.

Solo mirar a Spilner enciende un fuego a través de sus recuerdos que quema los tonos sepia, dejando solo cenizas de color para llenar los espacios que quedan.

Dom casi siente que le debe un agradecimiento a Tran y a su primo locomofo. Casi, concede mientras él y Brian (“Casi te tengo”), Spilner regresan a Echo Park desde el final del barrio chino.

La carcasa en llamas del Eclipse derrama luz —amarilla, amarilla, amarilla— sobre los coches cama y los edificios que duermen bajo el peso del desinterés político y el abandono financiero. Si alguien escuchó los disparos, no llamará a los uniformados esta noche. Simplemente aléjese de las ventanas y vuelva a desvanecerse en la mezcla de grises que formaron las sombras de este mundo.

Dom se aleja del fuego, solo para ser atrapado por el arco azul de la mirada del buster.

"¿Estar contigo siempre es así?" Spilner pregunta cuando llegan a la decisión silenciosa mutua de pedir un taxi.