saciado

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La boca de Brian se deslizó por el eje, llevándolo más profundo, centímetro a centímetro. Podía sentir las venas latiendo contra sus labios, la salinidad del líquido preseminal en su lengua. Succionó más fuerte, moviendo la cabeza hacia adelante y hacia atrás, al ritmo de las respiraciones superficiales de Dom. El agarre de Dom se apretó sobre la cabeza de Brian, instándolo a seguir, y Brian obedeció, cediendo al hambre insaciable que lo había consumido durante tanto tiempo.

Las caderas de Dom se empujaron hacia adelante, hundiendo su pene más profundamente en la ansiosa boca de Brian. La habitación se llenó con el sonido de sus respiraciones agitadas, el roce de carne contra carne. Las manos de Brian agarraron los muslos de Dom, sujetándolos con todas sus fuerzas mientras Dom le follaba la boca con desenfreno. La intensidad era abrumadora, pero Brian la recibió con agrado, la ansiaba y no estaba dispuesto a detenerse.

Justo cuando la tensión llegó a su punto de ruptura, Dom se retiró, su pene brillando con la saliva de Brian. Brian lo miró, sus ojos llenos de deseo y lujuria. La mano de Dom envolvió su pene, acariciándolo, mientras miraba a Brian. Luego, con una sonrisa maliciosa, se corrió, disparando su carga por todo el rostro de Brian. La lengua de Brian salió rápidamente, probando el fluido salado y pegajoso, saboreando el placer prohibido.

Mientras recuperaban el aliento, sus miradas se cruzaron y compartieron un momento de entendimiento. Habían cruzado una línea y no había vuelta atrás. Pero no les importó. Habían consumido el fruto prohibido y habían aceptado la oscuridad que había en su interior. Habían cambiado para siempre, unidos para siempre por su secreto compartido.

Sus cuerpos se entrelazaron, sus labios se encontraron en un beso apasionado y cayeron sobre la cama, con la mente dando vueltas por el intenso encuentro. El sabor del semen de Dom todavía permanecía en los labios de Brian, un recordatorio del placer carnal que habían compartido. Sabían que esto era solo el comienzo, una muestra de lo que estaba por venir. La noche aún era joven y sus deseos estaban lejos de saciarse.

one shots dom x Brian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora