todavía me falta volver a escribir fluido como antes, perdón 😿
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—considero que sería una decisión cruel e inhumana hacerlo legal— Lilia miró con el ceño fruncido a miles
—para gente que es cruel y inhumana ¿Es tan malo?— miles respondió con el mismo tono, ambos levantados de sus asientos mirandose
—Y la gente que es acusada de algo que no cometió ¿Merece la pena de muerte?— separó ligeramente los labios ofendida mientras que el profesor del club de debate intentaba tranquilizar a los jóvenes
—¿Y esos criminales que solo han matado y violado por diversión no la merecen, lyla?— miles levantó una ceja mirando a la chica
—Es Lilia, ignorante ¿Tus trenzas mal echas no te dejan escuchar?—
—no de desquites conmigo por parecer dalmata— dijo con desdén mirando los lunares de la chica
—no me estoy desquitando pero ya me harté que siempre tengas esa cara de cu...—
—¡Basta! por favor— ambos jóvenes giraron su vista al profesor que paró la discusión que se repetía en cada clase
sonó el timbre del final de la clase, ambos comenzaron a guardar sus cosas en sus mochilas para salir cuando antes
—Morales y Rosas, quédense por favor—
ambos intercambiaron miradas acercándose sin ganas al escritorio del profesor
—esto ya no puede repetirse, todas las clases pasa lo mismo— lilia asintió con la cabeza apenada
—lo siento mucho profesor pero es difícil cuando hay alguien que siempre discute contigo cuando hay más personas del otro equipo— miles miró a la chica con el ceño fruncido señalandose a él mismo confundido
—... cierto ¿Nunca han hecho equipo, no?—
—afortunadamente— miles dijo asintiendo con la cabeza
—pues ahora tendrán que hacerlo— ambos estudiantes voltearon a verse con una mueca de asco —el próximo tema será con el salón de público, ya hay una pareja que se opone a la eutanasia, ustedes la defenderán—
ambos jóvenes miraron al profesor atacados por hacer equipo, abrieron la boca para intentar hablar antes de que el profesor siguiera hablando
—si no lo hacen están reprobados— se miraron entre si mientras el profesor salía del salón
—te odio—
—es mutuo— miles respondió para después suspirar al mismo tiempo que la chica
—¿En la biblioteca?— la chica cedió agarrando con sus dedos el tabique de su nariz
—en mi casa— el chico la miró mientras anotaba algo en una nota
