Los ataques de pánico se supone que habían terminado hace meses. Pero las circunstancias jugaron en mi contra.
No podía, no podía quedarme en el mismo lugar que una alfa, no una pura que parecía empezar a tener instintos. Por más agradable que fuese su olor, estaba empezando a ser demasiado fuerte para no significar otra cosa.
¿Por qué la besé? No lo sé. ¿Puede simplemente querer hacerlo ser una respuesta? Tenía todo en bandeja de plata y solo lo hice. ¿Fue por qué quería o por la presión de mi loba y las circunstancias? Seguramente sea la última.
Pero, debo confesar que me gustó. Mucho más de lo que me gustaría admitir. Ella no hizo nada de más, solo me siguió y ni siquiera soltó mis manos.
Pero no puedo evitar sentir escalofríos. Un lugar solitario a oscuras con una alfa pura de aroma intenso. ¿Cómo no iba a huir?
Suspiro hondo y tapo mi rostro con mis manos. Siento frustración, frustración de retroceder, frustración de sentir ser débil otra vez.
Alcanzo en la mesa de noche la lámpara. Una lámpara que ilumina el techo con un pequeño cielo estrellado. Mi psicóloga me había dicho que funcionaba para relajarme más.
«¿Si nos besamos otra vez podrás poner esa actitud dura una vez más?»
No. Y precisamente por eso no quiero volver a hacerlo.
Mi pecho duele, una molestia se planta en él cada que pienso en la mínima posibilidad de darle una oportunidad a Jeongyeon.
Me da tanto miedo.
Me asusta desde lo que ella puede ser capaz hasta lo mucho que me atrae. Me atrae como si fuese alguna clase de imán y yo un simple clip para papel que está muy cerca de ella.
Fue vergonzoso. Fue muy vergonzoso casi entrar en un ataque de pánico cuando entramos al salón. Fue vergonzoso casi llorar frente a ella.
Tapo mi rostro y no puedo evitar sollozar.
Todo estaba bien hasta que una alfa pura decidió aparecerse en mi vida.
Hago lo posible para que mi mente no rebobine malos recuerdos. Hace varios meses no los tenía, pero ahora siguen ahí una y otra vez.
Jeongyeon me gusta, pero ella me asusta.
Por más que tuve su mirada comprensiva, por más que no se atrevió a hacer ningún movimiento sin que yo le diese pase libre a hacerlo. Mi corazón sigue latiendo de terror ante la idea de estar a solas con ella de ese modo.
¿Qué debería hacer?
Jeongyeon no es absurdamente mayor que yo, no es hombre, no es grosera ni tampoco egocéntrica. Pero, al fin y al cabo, sigue siendo una alfa de sangre pura, sigue teniendo instintos mucho más fuertes de lo normal y tiene grandes probabilidades de ceder a ellos.
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Coffee & Chocolate
FanfictionNayeon odia a los alfas puros. Para ella todos son unos idiotas esclavos de sus impulsos. Sus olores la marean, sus actitudes la irritan. Realmente no es capaz de estar cerca de ellos mucho tiempo. Las almas predestinadas son solo un mito. Pero Naye...