Capítulo 1

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Siempre oí a mi madre hablar de los destinados

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Siempre oí a mi madre hablar de los destinados.

Mamá siempre habló de esos mitos que decían como será encontrar a tu alma destinada a estar contigo, esa que te amó durante otras vidas.

El día empezará con un sentimiento raro, no desagradable, va a ser un día común, pero sentirás esa inquietud de que algo va a pasar.

Y tu loba te lo va a indicar.

Luego tu día pasará con normalidad hasta que tengas que atender el llamado de tu animal, que te va a rogar hagas algo específico, busques algo específico.

En mi caso fue salir corriendo hacia los pasillos, persiguiendo un olor tan nuevo y a la vez muy familiar.

Cuando te encuentres con esa alma destinada, tu lobo gritará de felicidad, te pedirá acercarte a esa persona y si es un alfa, inmediatamente te marcará con su aroma.

Sentirás todo como un deja vu, pero a la vez, nunca has vivido algo parecido.

Pues claro, estás encontrando a quien fue tu amante en otra vida.

Cuando conseguí al aroma, me sentí tan ida que creía por un momento que estaba soñando. El aroma era tan fuerte que mis ojos se pusieron en blanco.

Pero mantuve consciencia, mantuve consciencia el tiempo suficiente para enfocar la vista y ver a una chica de cabello corto y oscuro mirándome con ojos de preocupación. También para darme cuenta que era la dueña de ese aroma que me empezaba a ser desagradable debido a lo horriblemente débil que me estaba volviendo.

Pero en su lugar, ese aroma me envolvía más.

No escuché en ese momento lo que la chica me dijo, solo ví esos ojos iluminados con algo de preocupación y, cuando noté que esas feromonas tan fuertes no se debían a dicho sentimiento, caí en cuenta.

Inconscientemente, me estaba marcando con su aroma.

¡Me estaba marcando con su aroma! ¡¿Cómo se atreve?!

Odié con todo mi corazón no tener ningún tipo de fuerza para empujarla y mandarla a la mierda, de decirle que era una alfa irrespetuosa y asquerosa, de reprenderle que ahora apestaba a ella.

Pero no podía hacer nada. Su brazo alrededor de mi cintura fue un toque que me estremeció, por un momento sentí que necesitaba eso.

Pero no era así. Solo me había salvado de caer al suelo debido al terrible mareo por ese aroma.

Que de hecho, venía de ella misma.

Pero, todo sobre la charla de destinados de mi madre llegó a mi mente cuando la escuché. Cuando escuché a mi loba gritar en mi pecho.

«¡Mi alfa!»

Por un momento me pregunté, ¿Por qué gritó eso? ¿Acaso solo porque una alfa atractiva me había salvado de desmayarme?

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