Cuando le hablé a mi madre de Jeongyeon, omití toda la parte de que es una alfa pura, que se supone es mi destinada y, por supuesto, que está haciendo todo lo posible por cortejarme, que nos besamos y que tuve un ataque de pánico cerca de ella.
Solo dije que era una amiga mía alfa que usaba neutralizador para pasar rato con las chicas y conmigo, una mentira parcial.
Sin embargo, cuando me contó que los neutralizadores en exceso son dañinos, no pude evitar sentir un revuelto desagradable en mi estómago y preguntar si realmente Jeongyeon se estaba haciendo daño.
Sin dudas, eso fue un punto para que quisiera verla hoy, eso, agradecerle el lindo regalo, hablar un poco con ella y verla en la práctica.
Admito que tenía algo de miedo de que hoy no viniese a práctica. Pero tal fue mi suerte que incluso estaba ella sola para poder hablarle de lo que le quería hablar.
Quizá me estoy dejando llevar un poco.
A diferencia de la semana anterior, Sana, Momo, Tzuyu y yo estamos ayudando a Jeongyeon a recoger todo. Por lo que ésta vez no nos quedaríamos a solas.
Esta vez es con Sana con quién recojo los balones y los llevo al almacén. La japonesa a veces me cae pesado cuando se pone de melosa con Jeongyeon, pero realmente es muy tierna y amable conmigo.
—Momo y Tzuyu son muy tontas a veces, pero realmente son muy tiernas y atentas conmigo. —comenta cuando salimos del almacén.
Las tres alfas están recogiendo sus cosas. Las dos menores se colocan el bolso al hombro y corren a tomar el otro que hay en la banca.
—Lo llevaré yo. —dice Momo.
—No, yo lo llevaré. —Tzuyu contraataca.
Sana rie a mi lado y se acerca a ellas.
—Yo puedo llevar mi bolso, chicas.
Ambas alfas se gruñen pero le permiten a la omega tomar su bolso. Sana se despide de mi y de Jeongyeon y se retira tomando a ambas alfas extranjeras de los brazos para que no peleen más.
—Sana es la única que puede calmar a esas fieras. Realmente a veces sacan lo peor de mi. —Jeongyeon comenta y tira su bolso a su hombro.
Inhaló profundamente. Estoy en la distancia perfecta para sentir bien su aroma y que mi inquieta loba se sienta acogida por él.
—Estuviste increíble hoy, Jeongyeon. —Halago y ella me mira. Desvía la mirada y sonríe con timidez.
Me acercó un poco más a ella, su aroma me inunda. Estoy casi segura de que ella no lo notó, pero cuando discutió con Moonbyul, como esa alfa me había pedido que le llamé, me marcó con su aroma. Parece que no puede controlarlo cuando no tiene un neutralizador encima. Pues recuerdo nítidamente nuestros primeros encuentros y cómo siempre buscó marcarme con su fuerte aroma.
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Coffee & Chocolate
Fiksi PenggemarNayeon odia a los alfas puros. Para ella todos son unos idiotas esclavos de sus impulsos. Sus olores la marean, sus actitudes la irritan. Realmente no es capaz de estar cerca de ellos mucho tiempo. Las almas predestinadas son solo un mito. Pero Naye...