14 Días | Kookgi Yoonkook

Día 1

Min Yoongi, así se llama el hombre que tiene mi número bloqueado. Director de arte de un estudio bastante reconocido.

Y aparentemente un amante del café americano.

¿Qué como lo sé?

Hablé con el entrenador, Namjoon, para invitarlo a desayunar cerca de su trabajo. Porque "tenía cosas que hacer por la zona", con la única intención de averiguar algo más del objetivo.

Y como era de esperarse, ese hombre, entró como la mayoría de trabajadores de oficina a comprar café junto a Namjoon Sunbaenim.

El cambio de playlist del sitio, favoreció a que pudiera escuchar a ese hombre hablar en su tono bajo mientras hacía su pedido y yo los observaba desde la mesa.

Me gustaría decir, o al menos pensar, que no me gustó. Pero...era caliente verlo con esos aires de soberbia.

—Namjoon Sunbaenim.—Alcé la mano para que se acercara y por cordialidad este le pidió a su amigo que se acercara.

—Él es Yoongi Hyung.

Yoongi 'Hyung', dirigió su mirada y soltó un bufido.

No podía permitir que se burlara.

—Por favor, acompáñenos a desayunar.

—No, debo ir a estudio. Te veo luego Namjoon.

—Yoon Hyung, no seas descortés, este es el artista del que te hablé. —Lo regaña—Es amigo del quédate de Hoseok.—Dicen como si yo no estuviera tan atento y no supiera leer los labios.

Como sea, el pálido arrogante se sienta y a ese punto pienso si de verdad, está va a ser la primera vez que me guste un idiota.

Aprovechando que Namjoon se levanta a hacer los pedidos e ir al baño, veo al pálido gruñón sonriendo como un bobo al móvil.

—Dijiste que no tenías pareja, pero sonríes como un enamorado. —Digo apoyado en mi propia mano.

—No te mentí. Ni siquiera debería darte explicaciones.

—Parecías más educado y agradable en la inauguración, y mucho más en esa llamada...en la que me escuchaste...

—Ten un poco de vergüenza, al menos. Cualquiera podría escucharte.

—No vivo de lo que piense o diga la gente.

Puedo ver que no se esperaba esa respuesta porque sonríe de inmediato pero ambos nos quedamos callados mirándonos a los ojos. Y sé que lo piensa, se que piensa en esa llamada caliente. Se que tengo razón porque justo ahora se nota un rubor en sus mejillas, muy leve y su mirada me huye, de nuevo.

—Desbloquéame, podemos pasarlo bien. Ni siquiera tienes que preocuparte por tener responsabilidad afectiva conmigo. Puedes usarme...—Digo para probar y tantear sus límites.

Espero que me diga que sí o que me mande a la mierda. Y aunque me gustaría que me tratará como los demás, notó en su semblante que es distinto.

¿Un puritano?

Miro sus manos que juegan con las llaves de su coche, y una expresión seria.

—No voy a usarte, no eres un juguete.

—¿De qué hablaban en mi ausencia?—Dice Namjoon sentándose al lado de su amigo.

—Sobre porque ha rechazado mi portafolio artístico y briefing para aceptar la exposición que quiero realizar con ayuda de su estudio de dirección de arte. ¿Puedes convencerlo Namjoon Hyung?