Somos padres

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El día comenzaba agitado.

Un bebé llorando, hizo que Jack despertara, al contrario, Gustabo estaba profundamente dormido.

- Gustabo, joder, despierta...- Dijo Jack mientras movía a su esposo.- Gustabo...- Ya su paciencia se estaba acabando.- ¡Gustabo!- Pegó un grito haciendo que el bebé presente se quedará en completo silencio.

- ¿Qué pasa?- Dijo Gustabo tallando sus ojos. El bebé había comenzado a llorar, pero más fuerte que la vez anterior.- Joe' ya lo haz hecho llorar.-

- Gilipollas, que lo tenemos que llevar al puto hospital.- Habló el moreno mientras caminaba en dirección al baño de la habitación.

- Le daré de comer.- Gustabo se dirigió hacia la cocina y dejaba al bebé en la isla de esta misma.

Jack salió del baño y fue directo hacia el armario para sacar su típica ropa de superintendente.

Se vistió rápidamente y se perfumó para luego peinar su cabello y ponerse sus gafas.

- Estoy list...- Cerró su boca al ver que su esposo aún seguía en pantalones de dormir y sin camiseta.- No me jodas, ¿Aún no te has vestido?-

- ¿Cómo coño quieres que me vista si no ves que estoy dando de comer a este lindo pequeño?-

- Joder, venga, yo lo cuido tú vete a cambiar.-

- Voy Super-maloliente.- Rió por lo bajo el rubio.

- Subnormal.-

Conway quedo a solas con el bebé y no entendía que coño hacer, solo había un plato de lo que parecía ser una papilla de un color asquerosamente horrible.
Intento coger la cuchara para hacer el típico "Avioncito" para que el bebé comiera, pero este apartaba la cabeza y cerraba su boquita.

- Venga, que tienes que comer, capullo.- Dijo el super intentando meter la cuchara con con comida a la boca del bebé.

El bebé se reusaba y llegó a un punto en el cual se enojó y llevó su mano hacia la cuchara y la empujó, haciendo que la comida llegará a la camisa de Conway y la cuchara directamente al rostro de este.

- ¡Pero, joder!- El azabache intentó quitar la mancha con su mano, obviamente no se pudo.
El rostro del bebé era un poema, estaba sonriendo mientras veía a Conway.- ¡Mira lo que ha hecho el puto niñato!- Gritó el moreno llamando la atención de su esposo que estaba llegando a la cocina.

- ¡Jajaja!- Se descojonaba el ojiazul mientras se acercaba al bebé y lo cogía entre sus brazos.

El mayor de todos resopló y caminó hacia la habitación para cambiarse la camisa.

- He vuelto.- Dijo el super, pero se enojó cuando vió al beber comer gustosamente, se debía a que esta vez era el rubio que le daba.- ¿¡Cómo coño!?-

- Cositas.-

- Joder...- Suspiro el superintendente.

El bebé ya se había acabado toda la papilla, pero había un pequeño problema, no tenía más ropa, la única que tenía era la suya, la cual era un camiseta blanca y unos pantalones militares.

- Tendremos que comprarle ropa...- Dijo Gustabo mientras sonreía.

- ¿Te hace ilusión, no?-

- Joder que sí.- Sonrió.- Venga, vamos amores.- El azabache se le derritió el corazón al escuchar la manera en que llamaba a ese bebé y a el.

- Vamos.-

El super se fue al garaje y se montó en su coche rosa, cerró el garaje e hizo que su esposo y el bebé entrarán al coche.

☆ "𝙈𝙮 𝙙𝙖𝙙𝙙𝙞𝙚𝙨" ☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora