S I E T E

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Remus y James entran en el gran recinto, un poco intimidados debido a la magnitud de este.

Es el gran día de la competencia de Sirius y, aunque ha dicho que no le importan los resultados de la misma, todos están emocionados de verle, pues Sirius sobre el hielo es una obra de arte digna de contemplarse, aunque admite que también se siente emocionado por los demás participantes. Ambos jóvenes caminan rodeando la pista buscando un buen lugar para sentarse; a lo lejos, Remus distingue la silueta de Regulus sentado en la primera fila de las gradas. Toma a James del brazo y los dirige hacia ese lugar.

Se siente tan emocionado de ver a su novio.

Una tonta sonrisa se dibuja en sus labios al pensar en la palabra novio. Es su novio. Él y Sirius son novios. En un principio Remus no sabía cómo cambiarían su dinámica, pero admite que ama cada cosa de su nueva relación. Sirius lo recoge casi todos los días después de su trabajo de medio tiempo, lo recibe con un suave beso en los labios y, Dios, es tan maravilloso ser besad así de dulce.

Sirius algunas veces lo lleva a cenar.

Sirius todas las noches le envía notas de voz deseándole las buenas noches.

Sirius envió una enorme canasta de dulces para él y sus padres.

Sirius le besa el cuello cuando se despiden.

Sirius. Sirius. Sirius.

Sirius está ahí. Es estúpidamente perfecto y está tan feliz.

—Buenas tardes — saluda Remus a los padres de su novio, quienes están sentados una grada más arriba de Regulus, junto aun chico rubio de bonitos ojos azules.

—Buenas tardes, querido. Es un placer verte — Walburga lo saluda con entusiasmo, besándole las mejillas. Orion se limita a darle un amigable apretón de manos. Remus lo agradece.

Regulus los saluda, sonriéndole de manera brillante a James, quien muestra todos los buenos modales que Effie le enseñó.

Walburga hace un sutil comentario sobre el lindo detalle de Remus al traer flores para Sirius. El castaño no puede evitar sonrojarse y soltar una risita nerviosa, su novio tenía razón cuando acusaba a su madre de ser demasiado entusiasta.

La matriarca Black en más de una ocasión había dejado caer una broma o comentario que terminaba haciéndolos sonrojar a ambos o simplemente se aparecía en los momentos menos oportunos, como cuando Sirius se despedía de una manera muy entusiasta frente a la puerta de su casa; casi se infartan cuando la luz se encendió y Walburga se asomó cortando el momento, excusando que tenían mucho tiempo afuera. Sin duda es divertida y se nota tanto el amor que tiene por sus hijos.

Remus toma asiento a un lado de Regulus quien también lo saluda. James hace que cambien lugares y termina en medio del moreno y el chico rubio, quien al notarlo le sonríe amablemente. No tiene tiempo de hablar con nadie, pues llegaron poco antes de que el evento diera comienzo.

Las luces se bajan un poco y la voz del presentador comienza a dar la bienvenida a los visitantes y participantes; Remus se emociona al distinguir a su novio entre la fila de los patinadores. Se ve tan guapo.

Sirius lleva el cabello recogido en una coleta alta, prolija y elegante, dejando libre su rostro, hermosos pómulos altos, una sonrisa pícara y un poco tensa, luce un delineado negro, no tan fuerte pero lo suficiente para darle aún más profundidad a sus ojos grises; su traje es de cuello alto y mangas largas, sobre la mitad del pecho luce un complejo diseño de piedras plateas, dividiendo una parte totalmente cubierta y la otra mostrando una tela traslucida con retazos oscuros, formando un patrón hasta su cintura donde se ajustaba el pantalón negro.

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