Todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro

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A veces me pregunto, en qué momento es cuando, por primera vez, un hombre comienza a tener la primera pincelada de conciencia de que está vivo. Porque una cosa es estar vivo, y otra totalmente diferente es ser conciente de que estás vivo.

Matt se encontraba laborando en la clínica "Maison de Santé", usualmente Matt se quedaba trabajando más allá del horario que le correspondía, cuando se escucho un sonido vibrante proveniente de su celular. Matt decidió no contestar la llamada porque estaba pasando por momentos díficiles.

Al regresar a su casa, ubicada las 10 de la noche, se sentó en su living y decidió revisar su correo antes de descansar. Aquel correo se titulaba: "Oportunidad laboral: asesor de ajedrez en teleconsulta - FIDE". Matt no lo pensó dos veces y decidió llamar a Jaime, su compañero del servicio militar, quien en esos momentos se encontraba estudiando enfermería, aún no ejercía su profesión.

- Jaime buenas, ¿qué tal?, disculpa la hora, quería saber si aún tendrás espacios libres en tu agenda.
- Hola Matt, sí claro, a qué va tu pregunta.
- Me informan que habrá un trabajo disponible organizado por la FIDE, y como tu estás certificado para ser maestro de ajedrez, quería saber si te apuntabas, después de todo, sé que lo necesitas.
- Mmm..., me parece bien, ahora me encuentro de vacaciones, podrías pasarme los requisitos del empleo.
- Sí claro, ahí te los mando. Por cierto, cómo te trata la vida, hace tiempo que no sé de ti.
- Ahí sobreviviendo, estoy trabajando y estudiando, sabes que mi familia ni siquiera sabe que existo, y uno tiene que valerse por su propia cuenta, y la verdad en los estudios no me va nada mal, de hecho soy el mejor de la clase.
- Sí claro..., y qué tal, ya conseguiste novia, o sigues sufriendo por Elena [se ríe]
- Jajaja, no no, ya pasó eso hace tiempo, estoy tranquilo actualmente, aunque he conocido a una chic...

De repente se interrumpe la llamada.

Matt se da cuenta que otra vez estaba recibiendo una llamada de su madre.

Sin pensarlo dos veces, mamá siempre me apoyo en todo lo que quería hacer, quizá no tuve una cercanía directa con mi padre, ya que paraba ocupado por temas de trabajo, y cuando venía lo único que sabía hacer era renegar y renegar. Pero mi madre no, mi madre era alguien en quién podía confiar, amable, bondadosa, alegre y servicial. Quizá al ser el hijo menor, tuve más preferencia por parte de ella, pues ¿a quién vamos a engañar? los menores somos los preferidos por las madres. De hecho, a mi hermana mayor la dejaron irse de la casa a los 18 años, se fue a Frankfurt en busca de una beca en artes plásticas, ella era una profesional con el pincel, a veces la extraño, pero es algo que me tiene sin cuidado.

Entonces, ¿qué pasó para que cambiará la relación que tenía con mi madre?, siendo sincero, no estoy seguro, quizá fue por el hecho de querer independizarme, fui demasiado rebelde y eso a largo plazo termino alejándome de mi madre. Ella siempre me llama para preguntarme cómo estoy, si es que no me falta nada, si es que como o no como. Al inicio siempre le contestaba, pero poco a poco deje de responderle, porque me cansaba, si sabía que estaba bien, ¿para qué llamarme?. Ahora ella se encuentra viviendo en otro lugar, la extraño, pero aprendí a vivir sin ella desde que falleció mi padre. Sé que estará bien viviendo con mi hermana July.

- Hola mamá, disculpa si no te pude responder las llamadas, estuve demasiado ocupado.
- Hola Matt, ¿cómo te encuentras, hijo?
- Bien mamá, ya lo sabes, trabajo casi todo el día, no tengo tiempo, ¿y cómo va todo por ahí?
- Bien hijito, quisiera trabajar pero tu hermana no me deja, aquí estoy descansando.
- Qué bueno mamá, por favor abrígate bien, sabes que eres delicada de los pulmones, y por favor, deja el cigarro.
- Sí hijito, ya lo dejé hace tiempo, tu hermana no me deja ni verlo, muchas gracias por preocuparte.
- No hay de qué mamá, espero tengas una linda noche, aunque mejor dicho una linda tarde por allí.
- Igualmente hijo, que tengas dulces sueños, recuerda que te amo muchísimo.
- Y yo a ti mamá.

Matt corta la llamada, estaba renegando, pero por alguna extraña razón, salían lágrimas de sus ojos...
- Yo también te amo mamá.

El hombre en busca del sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora