Los sucesos traumáticos le quitan a las personas afectadas la capacidad de agencia, es decir, el poder y control sobre sus acciones. Por ello, la vía principal para su pronta recuperación es reestablecerles ambas capacidades, y a largo plazo, su seguridad y autoeficacia. Si tan solo podríamos dar el control y poder a las personas, como si de una receta médica se tratase, no habría frustraciones ni limitaciones personales que impidan que una persona pueda alcanzar sus metas. Lamentablemente, a las personas les gusta crear sus propios traumas para evitar tomar responsabilidad del poder que tienen.
Aquellos días, cuando era tan sólo una pequeña niña, entusiasmada por ir al colegio, divertirme y hacer más amistades..., me aburrí rápidamente.
Desde los 7 años, Karen fue conciente de que era una persona privilegiada, vivía en Inglaterra, de madre peruana y padre anglicano. Su padre, exigente y rígido, tenía un alto puesto en las fuerzas militares de su país, y por tanto, dinero le sobraba.
Siento que Manchester, era una ciudad demasiado tranquila a comparación de lo que cualquier turista te vendía: "una ciudad de muchas emociones". Solía tener una vida tranquila, aburrida en ciertos puntos. Mis amigas de la infancia eran muy educadas, me perturbaba mucho que reprimieran sus emociones. A veces pienso que, la única diferente era yo, quien no se abstenía a las normas. Es que me gustaba desafiar a la autoridad, cuestionarme, y sobretodo, odiaba el silencio de Manchester. Creo que ahí solamente vivían personas adultos mayores con el propósito de terminar los últimos días de su vida en un ambiente tranquilo, después de la agitada vida que llevaban en Londres, se entiende tal decisión. Pero yo no encajaba ahí, yo necesitaba salir de Manchester urgentemente.
- Creo que tal aburrimiento, hizo que tomará la drástica decisión de vivir con mi madre en Perú - recordaba Karen.
- Qué persona sería capaz de tener el suficiente tiempo y el dinero como para tomar una decisión tan inútil, ¡ah, sí!, ¡tú! - exclamaba Matt.Una vez residí en Perú, mi padre solamente nos visitaba una vez al año, por mi cumpleaños. Siendo sincera, no tengo rencores hacia él; por el contrario, me siento demasiado agradecida por todo lo que me da, y porque sé que es una persona realmente honorable.
A pesar de eso, nunca me sentí sola, Lima es una ciudad caótica pero demasiado entretenida, no me arrepiento de haber venido aquí. El observar tanta desigualdad social, personas aburguesadas que viven a costa del sudor de personas poco afortunadas, niños abandonados a la suerte en las calles, familias que sufren por la violencia y el abandono, y un gobierno inestable que pide a gritos que los purguen. Todo eso, me hace sentir mal, con todo lo afortunada que soy, por qué debería cerrar los ojos e ignorar todo lo que pasan los de escasos recursos, los que sufren por la exasperante corriente de violencia y odio de la sociedad. Si tan sólo el acto de poder cambiar para bien la vida de una persona valiese como ganarse un sueldo, de seguro ahora sería millonaria, aunque ya lo soy.
*Recuerdos del futuro*
Elmander se encontraba un día más en la hacienda:
- Karen, te puedo comentar algo, pero no te vayas a incomodar.
- Ya lo hiciste, dímelo - expresó Karen.
- ¿Por qué eres tan buena?, es que a veces siento que toda la compasión y ganas de ayudar a los demás, no sé..., te olvidas de ti. Es decir, ¿Acaso no tienes metas en la vida que cumplir?
- Elm, en primer lugar, si no se sirve a las demás personas, no tendría sentido vivir en comunidad. El ser humano, por naturaleza, es egoísta y cruel, pero si fuésemos así toda la vida, no lograríamos vivir mucho tiempo. Por ello, es que la evolución dictaminó que el humano debería modificar su corteza cerebral para poder socializar con otras personas, porque mediante las alianzas se hace la fuerza, y se vive más tiempo ¿o acaso no crees en la evolución darwiniana?. Y respecto a mí, si no me preocupo por mí, es porque prácticamente mi vida está asegurada. Osea, mi padre tiene el suficiente dinero como para mantener a las próximas 3 generaciones. En segundo lugar, me parece o ¿quieres que ya no te deje entrar?
- Me estás diciendo que ¿acaso renunciaste a ti misma por tan sólo saber que tu vida está asegurada?
- No es eso, sino que soy pragmática, al igual que tú, quisiera estudiar muchas cosas, viajar, comprar lo que quisiera con mi propio esfuerzo, pero todo eso es material y superficial, ¿qué sentido tendría esforzame por conseguir algo que ya tengo?, creo que sería una pérdida de tiempo, ya que de todos modos, si me esfuerzo o no, seguiré teniendo lo mismo que ahora.
- Creo que me estás contagiando tu flojera.
- ¿Crees que soy floja? (se ríe), si fuese floja, no estaría aquí ayudándolos, acompañándolos y sobretodo, gastando mi valioso tiempo en cocinarles su merienda. Bien podría estar ahora en París. Además, lo que más me importa ahora, es que ustedes puedan conseguir lo que yo ya tengo.
- Sabes Karen, a veces quisiera ser como tú.
- Eso me emociona mucho, Elm.
- Sí pero, solamente en el aspecto de tener toda la vida ya resuelta - finalizó Elmander.
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El hombre en busca del sentido
Historia CortaMatt, universitario de 24 años, psicólogo de profesión, le gusta el ajedrez y las matemáticas, y le va relativamente bien en la vida. Sin pedir mucho a cambio y aspirar poco en sus metas, se va sumergiendo de a pocos en una espiral de inquietudes y...