Solo Ella • Max Verstappen

capitulo 4

Londres, Inglaterra
2019

Olivia

¿En serio?

¿Justo el único lugar disponible tenía que ser al lado mío?

Siento un cosquilleo de nervios en el estómago cuando Max se sienta a mi lado en la mesa del restaurante. Trato de mantener la calma y recordar que solo somos dos personas que se conocieron en un club y ahora tienen la oportunidad de hablar y conocerse mejor.

«si es que podemos, claro»

Pero miarda, el olor de su perfume me llega y hace que me distraiga.

La conversación fluye entre todos en la mesa, incluso los chicos que aún no conozco muy bien me incluyen en la plática y hacen que me sienta más cómoda.

-¿Entonces tú nombre es Olivia?- El chico de ojos verdes, Charles, me pregunta mientras lleva un poco de su comida a la boca.

-Sí, el nombre más común en toda Inglaterra - bromeo.

-Es un bonito nombre - Carlos sonríe amable y le devuelvo el gesto.

A mi lado siento a Max removerse incómodo sobre su asiento, picando sin ganas su platillo.

Nuevo la cabeza a los lados e intento concentrarme en la conversación.

Pero mis ojos no pueden evitar desviarse hacia Max de vez en cuando. Me pregunto qué estará pensando y si está tan nervioso como yo.

-¿Que edad tienes, Olivia?- George se dirige a mí.

-21, cumpliré los 22 pronto- respondo, llevando una papa frita a la boca.

-Oh, eres de mi edad y de Max- una sonrisa burlona se dibuja en los labios de Charles.

-¿Si? Que curioso- murmuro.

-Que pequeño es el mundo, mejor dicho- Max susurra pero alcanzo a escucharlo.

A medida que avanzamos en la cena, me doy cuenta de que no puedo contener mis inquietudes por mucho más tiempo.

Incluso cuando Lia y Lando intentan buscar una manera de llevar la plática de una buena manera, no consigo apartar mi atención del chico que está a mi lado.

Lando, como siempre, hace comentarios sarcásticos y bromea con Carlos, quien responde con ingenio y lo mantiene en su lugar. Lia también se une a la diversión, y el ambiente se vuelve más relajado y agradable.

Me levanto de la mesa y camino hacia los baños, esperando poder conseguir un momento de paz e intentar tranquilizarme.

Antes de que pudiera entrar, una mano toma la mía, haciéndome girar.

Los ojos azules de Max me miran con un brillo que no logro descifrar y hacen que me ponga nerviosa.

Jodido efecto ha tenido en mí.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto primero.

-No, esa pregunta debería hacerla yo- me interrumpe- ¿A caso estás siguiéndome?

Intento contener una risa y me cruzo de brazos, recargandome sobre la pared.

-¿Seguirte? Antes siquiera sabía quién eras, deja de hacerte tantas ilusiones- me defiendo.

Max alza las cejas asombrado de mi respuesta y una sonrisa ladina se posa en sus labios.

-Es extraño que no me conocieras.

Alzo una ceja y lo miro de arriba a bajo.

-¿Por qué debería hacerlo? Emilian... O debería decir ¿Max?