¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Minimo 70 votos para actualizar)
Inglaterra, 2019
Olivia
Borro el boceto frustrada y dejo caer el lápiz táctil sobre la tableta.
He estado toda la mañana y parte de la tarde intentando diseñar algo, pero nada me viene a la mente. Busqué ideas, revisé viejos trabajos, pero parece que nada hace florecer mi poca imaginación y creatividad en estos momentos.
Resignada, me levanto del escritorio para ir a la cocina y prepararme algo de comer. Ni siquiera había desayunado y mi estómago ya comienza a suplicar por comida.
Al pasar por el cuarto de Lia escucho unas cuantas risillas y logro distinguir la voz de Lando. Hace poco había regresado de su entrenamiento, así que supongo no ha tardado en venir a pasar tiempo con ella antes de irse a su próxima carrera.
Como si los invocara, la puerta de la habitación de la tenista se abre, dejándolos ver y aproximarse a mí con una sonrisa.
—Oli, hola— me saluda efusiva, con su característica sonrisa emocionada— pensé que no estabas en casa.
—He estado casi todo el día encerrada tratando de adelantar mi proyecto final— respondo, sirviendo un poco de verduras en mi plato y algo de carne.
—¿No era sobre diseñar algo innovador?
—Ajá— asiento, acercándome a la isla de la cocina para comer agusto.
—Podrías perdirme ayuda, soy bueno diseñando— Lando se une a la platica.
—Yo no me confiaría de alguien que tiene de logo una L y una N— Lia bromea, ocasionando la mirada indignada del piloto.
—Oye, que mi logo es muy bonito— reprocha.
—Lo que tu digas, cariño— besa su mejilla.
—No se, aun tengo algo de tiempo para pensar— respondo.
—Claro— la castaña me sonríe— ¿Qué harás hoy? Lando y yo pensábamos ir con los demás a cenar y me parecía buena idea que te unieras a nosotros.
—Estará Max— Lando me sonríe divertido y Lia le da un codazo que agradezco.
—¡Auch!
—Gracias— le sonrío.
—De nada— me devuelve el gesto.
—Me encantaría ir— digo sarcástica— pero tengo turno en la cafetería y mañana iré temprano a casa de mis padres.
—Oh, claro. Entonces solo seremos nosotros— sonríe comprensiva— si necesitas usar mi auto puedes tomar las llaves, ese pobre auto está más abandonado que mis ganas de conducir.
