Capitulo 5

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Desperté con un dolor punzante en mi cabeza, un poco aturdida sin saber en donde estaba escuché la voz de Stella que estaba en algún lugar de la habitación, rápidamente se levantó del sillón en que se encontraba mirando la televisión sin volumen.

 —¡AY NASIA QUE BUENO QUE DESPERTASTE! —Stella parecía que tuviera un megáfono, sentí que reboto todo mi cerebro —Pensamos que sería más grave.

—No entiendo —Dije jadeando por el dolor de cabeza.

—Estuviste a punto de ser un dolor de cabeza para todo los del último año —Se sentó a los pies de la cama —Estuvieron a punto de llamar a una ambulancia —Dando una pequeña pausa —Por suerte el profesor sabía que a hacer en caso de emergencias.
La interrumpí.
—¿Qué quieres decir? por lo menos dime que fue lo que me pasó —Me senté y todo me dio vueltas, me giré para ver el pequeño reloj junto a mi mesita de noche —¡Stella son las 11 de la mañana! —Tiré de mi frazada para levantarme.

— ¡Lo sé!¡Por favor no te levantes! —Agarrándome de los hombros para que me volviera a acomodar en el respaldo de la cama —Me salté la clase de filosofía para cuidarte, luego vendrá Erick.
La interrumpí de nuevo, me estaba desesperando.

—¿Y por qué falté YO a clases? —Cruzando los brazos seriamente.

—Te desmayaste —Dijo finalmente.

—¿Y como sucedió eso?

— Caroline supuso que era una gran idea tirarte piedras para ser su vida un poco más entretenida, se inmediato supe que era ella porque una compañera nuestra la vio.

—Entonces ¿me golpeó con una piedra?

—No no —Dijo riéndose —Luego de que los chicos nos mojaran con una manguera el suelo quedó totalmente inundado por lo que te resbalaste y golpeaste tu cabeza y no reaccionabas por lo que nos diste un gran susto.

Mientras trataba de procesar todo lo que me había dicho Stella, me imaginé la vergüenza que pasé ahí en el suelo semidesnuda, quizás de qué manera caí he visto muchas películas como para saber que no se cae de lado como las damiselas en apuro.

—Eh Stella —Dije recordando que había hablado de un profesor y mi corazón comenzó a latir más fuerte —Que profesor fue el que estaba ahí.

—¡Ah si! El profesor Henry, justo se había quedado hasta tarde e iba pasando por ahí, se asustó mucho cuando te vio en el suelo ya que fue él quien se dio cuenta de que estabas desmayada.

Ay, no esto no podía ser peor.

—Stella —Tomé mi mano con la suya y la apreté —Por favor dime que estás mintiendo. Me fijé en su rostro, sus ojos verdes brillaban por la luz que entraba por la ventana, su nariz respingada no mostraba arruga alguna y sus labios no formaron una sonrisa irónica, para mi mala suerte no encontré ningún rastro de broma en su rostro.

—Noo Anastasia, para tu suerte el bajó hasta el estacionamiento y lo vio todo, más bien cuando estabas tirada en el suelo casi convulsionado, me asustaste mucho en serio —Acariciando mi mano.

Nos quedamos mirándonos unos segundos cuando sentí la puerta abrirse, pegué un salto por el golpe de la puerta contra la pared ya que hizo que mi vista se nublara por un instante. Era Erick que venía con unos chocolates y un pote de helado, dijo que lo había conseguido gracias a una cocinera que según él era su consentido, yo creo que la sedujo.

—Feliz resaca para la Bella Durmiente o ... ¿Blanca Nieves? —Se quedó mirando al techo —Como sea por fin despertaste estábamos preocupados por ti no queríamos que te pasará nada si apenas te conocíamos, no tendríamos tiempo para dedicarte unas bellas palabras de despedidas.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2023 ⏰

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