Capitulo 4

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Naruto: Es hora de que hablemos coordialmente intento de diosa...-con un tono frío y liberando su instinto asesino- no intentes nada, haces algo que no me guste y te juro que ese kunai no estará a centímetros de tu cara...estará clavado en medio de tu cráneo ¿Entendiste?

Tragando su orgullo, la diosa no tuvo otra opción y respondió cada pregunta.

Con cada palabra que decía la diosa, la angustia en Naruto, crecía cada vez más, al punto que su peor temor fue confirmado.

Naruto: ¡Mientes! ¡Es imposible que las naciones elementales no existan! ¿¡Dónde está el clan Senju o el clan Uchiha!?
¿?: No he caído tan bajó como para mentirle a un mortal -con tono de desprecio- Jamás ha existido lo que tú llamas clan Senju o Uchiha, tampoco existe la energía llamada chakra, ni siquiera los dioses han creado una energía así

Naruto entró en pánico y salió corriendo de la cueva donde había estado con la diosa, a pesar de que estaba lejos de estar en óptimas condiciones, lo que le había revelado la autoproclamada diosa inquieto al Shinobi.

El rubio llegó al lugar donde me apareció por primera vez y de inmediato se sentó en medio de aquel cráter con sellos y entró en modo sabio.

Y fue ahí, cuando se dió cuenta, la energía que absorbía era diferente, por más que intentó sentirlo no pudo, no encontró a nadie con chakra a excepción de el, la naturaleza, los animales, los pueblos cercanos, todos carecían de chakra, en cambio la mayoría de los seres vivos estaban inbuidos con otra energía que no reconoció, la misma que estaba utilizando para su modo sabio, además de que también había seres que sentía el aura en menor medida como la autoproclamada diosa.

Naruto se sintió perdido, se sintió vacío, todo lo que hizo para enmendar el pasado fue en vano, acabo en una tierra extraña, sin siquiera saber si podría regresar, volvió a fallar, volvió a fracasar, no pudo cumplir con sus promesas.

Con lágrimas en los ojos y cansado de todo esto, Naruto saco un kunai de su bolsillo y sin pensarlo dos veces se apuñaló en el cuello o esa era la intención, pero unas cadenas doradas que salieron de su espalda lo impidieron.

Naruto: ¡Solo déjame morir! ¡Ya nada de esto tiene sentido! -con un tono de agonía y frustración-

Naruto siguió intentando apuñalarse pero el resultado fue el mismo, las cadenas doradas sujetaban o bloqueaban el kunai antes de que pudiera clavarse en su piel, Naruto estuvo así por lo que parecieron horas, hasta que comenzaba a agotarse.

Naruto: Por... favor...déjame morir... quiero morir... quiero...descansar

Mientras Naruto suplicaba por su deceso, la diosa lo había estado observando desde hace un tiempo, en el fondo se sentía un poco identificada con la situación del rubio dado un evento reciente, pero como el rubio era un hombre, su odio que tenía la diosa por aquellos seres cubrió todo rastro de empatía que sentía por el.

La diosa se acercó con cuidado al Shinobi que yacía acostado en el suelo pidiendo su muerte, la diosa saco su arco y una flecha y la apunto a la cara del rubio.

Diosa: Ya respondí tus preguntas, ahora es tu turno que respondas las mías
Naruto: -con una mirada vacía -Solo mátame, ya no tengo nada por lo cuál luchar
Diosa: Te mataré una vez que respondas lo que quiero, concideralo una promesa -tensando su arco-

¡Solo quiero una vida tranquila dattebayo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora