Diario de una realidad no tan real.

Día 3

Sonó mi alarma, me levante, bla, bla, bla, ya saben todo eso.

Fui a lo de Mabel para ver si ella podría llevarme a la escuela, obviamente me dijo que si. En camino al colegio, no había nada raro, nada de niñas fantasmas ni cosas de otro mundo.

En el recreo las niñas empezaron a decirme cosas para nada agradables.

- Tu madre es tan alcohólica que ni se acuerda que tiene una hija y por eso debe traerte Mabel a la escuela - se burlaron.

Bajé la mirada con lagrimas en mis ojos mientras mis compañeras se reían. No dije nada, porque realmente sabía que era cierto.

Antes de volver a entrar al colegio, que lo peor es que teníamos historia, preferí ratearme. Antes de hacerlo le pregunté a Mabel si quería venir conmigo, al principio se la notaba insegura, pero al final aceptó. Le mandó un mensaje a la madre de que iríamos caminando juntas hacia nuestras casas, que no la fuera a buscar y nos salimos del colegio.

Ella siempre lleva dinero, así que pudimos comprar algunas golosinas para "pasar el día". Estuvimos en el lago, el parque, los juegos, etc.

Al terminar el horario escolar volvimos a nuestros hogares y el día transcurrió como de costumbre

Golpee tres veces la puerta de mi madre

-¡MAMAAA! ya sal de tu habitación tengo hambre... ¿Puedes abrirme? - mi tono de voz aumentaba con el dolor en mi panza.

Luego de 10 interminables minutos salio de su habitación, Vestía como una ramera con su vestido negro al cuerpo y unos zapatos rojos, Tenia unos rulos y los labios color fuego, demasiado rimel para mi gusto y mucho escote

-¿A donde vas vestida asi? - le pregunté

-No te interesa - respondió mientras me empujaba para mirarse al espejo.

-Si que me interesa tengo hambre, quiero comida ¿Cuándo traerás comida a esta casa?

-No me hables así pendeja mal aprendida. No me vuelvas a faltar el respeto de esa manera, tienes hambre pues consigue tu propio trabajo ya eres demasiado grande, tienes suerte de que sea tan considerada.

Toma vete a comprar comida, yo iré a bailar no me esperes despierta.

Tenia plata y hambre así que fui hasta el quiosco y me compre 4 manzanas verdes no era mucho pero eran mis preferidas

Como estaba muy aburrida fui a la casa de Mabel ella siempre esta despierta hasta tarde

*Toctoctoc*

-Hola Mabel ¿esta tu madre?

-Nono ella esta trabajando, pasa que hace frío, ¿Te has peliado con tu madre? ¿te quedaras a dormir? ¿Has comido? ¿Quieres algo de beber?

-Para niña que recién he llegado - le dije - No no si si agua por favor

-¿Tu madre?

-Se ha ido a bailar hace 3 horas y no ha vuelto aun, estoy preocupada

-Tranquila Sharon ya aparecerá, Ven vamos a mi cuarto tengo algo que mostrarte

-Oye no me gusta esa sonrisa en tu cara

-Cállate mujer y ven

Al entrar al cuarto se fue corriendo hasta el ropero abrió una de las puertas y saco de ellas una gran caja decorada con papel de forrar de unicornios morados

-Sharon toma, son cosas demasiado importantes para mi - me dijo mientras me daba la misteriosa caja.

Al abrir la caja haba muchas fotos de nosotras desde pequeñas hasta la semana anterior 

No tenia palabras ella era la mejor amiga que tenia solo, solo me eche a llorar

Ya eran las 5 am cuando volví a mi casa y mi madre seguía sin aparecer ya me estaba preocupando, cuando mi nivel de intriga y preocupación supero su limite me abrigue y salí a buscarla 

Ya casi estaba amaneciendo, pero el frío y la niebla seguían presente. Ocho cuadras, ocho cuadras separaban mi casa del boliche, ocho horribles y apagadas cuadras donde solo se oía el viento y los perros ladrando 

Aquellas cuadras me parecieron mas largas de lo normal y el tiempo se detenía cada vez que daba un paso 

Todo era muy obscuro muy tenebroso muy raro. Y fue ahí cuando lo vi 

fue en ese preciso instante en el que gire mi cabeza. En ese instante en el que me encontré con aquella luz de gran potencia. Mi vista se empezó a nublar y ya no podía mantenerme en pie, sentí el dolor al impactar contra el suelo y en ese momento mis ojos se cerraron sin saber que podría haber sido o donde me encontraría luego. Solo cerrando los ojos y entrando en un sueño profundo. Si, me desmayé.