CAPITULO 1: Alice
A veces huir de tus problemas no es la mejor opción pero es lo mejor para tu salud mental. Ya no se puede hablar entre nosotros ni escuchar las opiniones de cada uno por que siempre se genera problemas. Me harta tener que lidiar todos los días con estas personas que se hacen llamar "familia".
No se imaginan lo que es tener un padre que llega todos los días a la hora que quiere, borracho y seguro llegando del bar con sus amigos. No sé cómo sigo llamándolo padre a un tipo como el que nunca se preocupó ni se hizo cargo por su hija.
Mi madre, por lo menos, se hizo cargo de mí cuando era pequeña. Gracias a ella tenía un plato de comida sobre la mesa. Pero no justifica las veces que la vi consumiendo sustancias que de pequeña no sabía lo que eran.
El pasado de mi madre, Mariela, era y es muy parecido a mi situación actual, solo que mi abuela Mónica, ósea la madre de mi madre, siempre fue muy atenta con ella e intentaba poder criarla de la mejor manera posible, ya que mi abuelo no era un gran ejemplo. Vendía todo tipos de drogas, estuvo preso y se lo acuso de abuso. Mi abuela no quería que su hija siga ese ejemplo pero lamentablemente callo. Mi madre se empezó a juntar con ciertas clases de personas que la llevaron por mal camino y termino consumiendo y entrando a ese círculo vicioso que hasta el día de hoy no lo dejo del todo.
Con la única persona de mi familia que me llevo bien y se podría decir que convivo, amo y admiro es con mi abuelita Mónica. Ella es la única persona que me entiende, que me explico y enseño las realidades del mundo. Para mi es el ser más maravilloso que conozco, una persona simpática y amable con cualquiera, simplemente es la definición de persona con buen corazón.
Ella vive a un par de cuadras de mi secundaria. Después del horario escolar siempre voy a su casa a comer, charlar y pasar la tarde.
-¡Mi niña!, pasa, pasa que si no se va a enfriar la comida- lo dijo mi abuelita mientras ya cerraba la puerta. - ¿Cómo te fue hoy?- continúo yendo para la cocina y traer la fuente de papas fritas que cocino.
- Pues...Como siempre- dije sacándome el abrigo-Solo que hoy hice reír a mis compañeros- comente con ironía, ya yendo a sentarme en la mesa.
- ¿Qué paso?, conociéndote no creo que hallas contado un chiste- respondió mi abuelita ya también sentada en la mesa junto a mí.
-Fue Natasha de nuevo, esa chica no tiene nada más que hacer en su vida que anda fastidiando la vida de los demás- lo dije con tanta furia que hasta recordé el momento. Iba caminando con mi bebida en mano, me choque sin querer con ella y se calló la bebida encima de ella. Natasha se enojó tanto que mando a sus amigas a tirarme sus bebidas a mí. La gente se rio tanto de mí que hasta cuando fui al baño para sacarme todo el licuado, en vez de ayudarme solo se me quedaban viendo y se apartaban de mí.
-Mi niña, me hubieras llamado para que te valla a buscar. Pero le tendrías que haberle dicho algo. Yo sé que la secundaria es difícil y hay personas como Natasha que buscan ser el centro de atención, que todo el mundo este mirándola únicamente a ella y a nadie más -suspiro- Pero...- No deje que terminara de hablar y la interrumpí.
- Pero nada, no tiene justificación que me haga eso. Siempre me anda jodiendo a mi porque dicen que soy "débil" y-
-Pero a veces buscan la atención porque les está ocurriendo algo y no van a decir nada, se sienten bien haciéndole sentir mal al otro. Yo sé que no debería ser así, eso es ser egoísta pero, Buscan llamar la atención por lo más mínimo que sea, pero por dentro tienen un vacío... un vacío que les está consumiendo cada vez más... - Mi abuelita lo dijo con tanta tranquilidad y sabiduría.
Esas palabras "Buscan llamar la atención con lo más mínimo que sea, pero por dentro tienen un vacío que las están consumiendo cada vez más" quedaron resonando en mi cabeza toda la tarde, hasta que llegue a casa.
Ya desde afuera se escuchaban gritos provenientes de adentro, ya estaba acostumbrada.
-¡POR DIOS FERNANDO, NO PUEDEN UN DIA, UN DIA TE PIDO CONTESTAR AL MALDITO CELULAR!-
-¡PERO MUJER, ESTABA TRA-BA-JAN-DO, NO PUEDO CONTESTAR!-
-¿¡TRABAJANDO?¡, ESO NO CREO QUE ESTE INCREMENTADO EN TU VIDA- Responde mi mama yendo para su pieza totalmente furiosa, al instante se escuchó un portazo.
Simplemente seguí caminando para mi habitación como si no hubiera pasado nada. Al entrar, tiro mi mochila para la esquina de mi pequeña habitación. Solo tenía mi cama, tipo marinera pero la parte de abajo estaba un escritorio con mi computadora. También tenía una cajonera donde estaba mi ropa y mis estantes con libros.
Me cambie de ropa, agarre mis llaves, auriculares y mi celular. Me dirigí afuera de mi habitación. Tenía pensado ir al parque o a una cafetería a pasar el rato. Quería todo menos estar en casa.
-¿Y vos a donde te pensas que vas?- Me di la vuelta y era mi padre, Fernando -¿Sin preguntar?, ¿Qué te mandas sola vos?, Ja ja ja, con solo dieciséis años y ya te crees una adulta, pero por favor ja jajá- Lo dijo claramente cargándome y me molesto.
-¿Justo ahora te das cuenta que tengo dieciséis años?, ¿Y justo ahora te venís a preocuparte y a preguntarme a donde voy o qué hago? Pero por favor papa ja jajá- Lo cargue tal y como él me había dicho, solo que yo no lo estaba cargando.
-Siempre me preocupe, la cosa es que- y lo interrumpí
-No, nunca te preocupaste, no me mientas porque ambos sabemos que no es así- Camine hacia la puerta y mi papa tapo con su mano justamente en el picaporte impidiéndome que habrá la puerta.
-Te pregunte a dónde vas, Alice- Me miro como si estuviera esperando una respuesta. Espere unos minutos y respondí, no aguantaba estar un minuto más ahí.
-A otro lugar que no sea este infierno llamado casa- Le saque la mano del picaporte y Salí, cerré la puerta sin que me dijera nada. Y me fui lo más rápido que pude.
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Vida Caótica, Amor Caótico.
RomanceUna historia llena de sorpresas, discusiones y amores que algunos duraran para siempre y otros se dejaran por el camino, como las amistades o los seres queridos.