IRA

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Cuento esta historia muchas veces. De hecho cada vez que te nombro.

La he contado tantas que ya perdí la cuenta. Y la relato con rabia.

Esta historia comienza con dos desconocidos, que por casualidades del mundo decidieron trabajar juntos.

Uno le inspira confianza al otro y con esa confianza ese otro le termina abriendo su corazón.

Y comenzó una amistad

El otro creyó que eran amigos, que por fin había encontrado una de esas amistades que son para siempre.

Tiempo después el uno lo amenazó, con sacarlo del grupo por irresponsable. Cuando el otro había sido demasiado responsable.

Tu eres el uno, yo soy el otro.

Conociste mis demonios. Y te hechaste atrás.

Dolió y todavía me duele. Pero ahora también te duele a ti.

¿Te duele mi silencio?
Que bueno.
¿Te duele mi lejanía?
Maravilloso.
¿Te duele que no te mire a la cara?
Estupendo
¿Te duelen mis pocas palabras hirientes?
Debiste pensar mejor las tuyas.

Porque un amigo no hace lo que tu hiciste.

Un amigo no amenaza ni mucho menos se aprovecha del otro.

Reconozco que también es mi culpa. Que soy muy maleable y que fui algo irresponsable.

Pero cuando me dices que te entienda. Que cuando te molestas y llegas a tu límite tengo que aguantarte. Toda mi paciencia desaparece.

Yo me trague mi orgullo y puse mi dignidad por los suelos para pedirte disculpas por cosas que no puedo controlar. ¿Para que me salgas Con eso?

No querido. Estas muy equivocado.

Y hasta que no te errepientas por el mal que hiciste, ni mi silencio, ni mi lejanía, ni mi poco contacto visual, ni mis pocas palabras hirientes se acabarán.

Existen 5 etapas del dolor. Como puedes observar estoy en la segunda.

Ira.

Keizyth Azuaje

Balbuceos de mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora