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Nunca en su vida imaginaron lo que había detrás de esa puerta, ¿quieres saber? Bueno, estaba oscuro, sucio, había muchos insectos y criaturas extrañas, eso hizo que Jade se pegara más a Leo, quien estaba tan asustado como ella.

Y es por eso que cuando lo que casi parecía un mono colgó del techo frente a ellos, el dúo no evitó gritar de miedo al ver a la criatura. Leo la tomó de la mano casi al instante antes de correr escaleras arriba sin atreverse a dejarla atrás.

Una vez que llegaron al final de ellas se aclaró la garganta con nerviosismo antes de soltar su mano con sus mejillas ahora rojas como un tomate. Jade, por otro lado, trató de actuar con calma y, aunque no lo estaba mostrando, se sentía muy nerviosa.

Ahora estaban en un lugar completamente diferente, había un puente colgante frente a ellos, casi parecía que estaban en una cueva, cuando Leo dio un paso adelante en el puente, Jade detrás de el, la tabla de madera se rompió y él cayó llevándose a Jade con él mientras tomaba su mano con la esperanza de salvarse, pero la suerte no estaba de su lado.

Ambos gritaron de miedo mientras bajaban por un tunnel una vez mas. ¿Cómo es que siempre se encuentran en este tipo de situaciones?

Jade vio el final del túnel y se alegró de finalmente salir de él. Una red la rodeó una vez que salió del túnel justo después de Leo, todo su cuerpo ahora estaba inmovilizado, la red cubrió todo su cuerpo mientras aterrizaba dentro de lo que parecía ser un plato gigantesco, casi como un nido.

La Nahuala se rio maliciosamente, Jade trató de decir algo pero la red también le tapó la boca y no podia hacer nada. Ni siquiera se inmutó cuando la bruja comenzó a descender sobre una nube púrpura antes de finalmente acercarse a los dos.

-Buenas, mis queridos niños. - Ambos ahora se tomaron el tiempo para mirar a su alrededor, Nando estaba allí, al igual que Xochitl y Teodora. -Muy pronto, sus almas me dará poder absoluto. Y vida eterna -Se rió -Y a ti -Se acercó a Nando -Ya no te necesito matar para terminar mi rito. No, no, no. A ti nada más te voy a matar por que me caes muy mal. -El palo en el que estaba Nando se rompió y cayó hacia atrás mientras la Nahuala reía -Ya casi es medianoche. Ya casi es el fuego nuevo -Se quitó la capucha

-Deja en paz a mis nietos! -Exclamo doña toñita llegando al lugar

Jade miró a la abuela de Leo, bueno, al menos vino a diferencia de su abuela, quien seguramente piensa que está dentro de su habitación sin importarle lo suficiente como para ver cómo estaba o se habría dado cuenta de que Jade ya no estaba en su habitación sino a punto de morir a manos de esta bruja. Cómo deseaba que esto hubiera resultado diferente.

Como Una Estrella | | L. San JuanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora