Pesonajes: Yūta Okkotsu & Fem!
Sinopsis: Su corazón se estrujó cuando vió que el anillo que llevabas era el de Rika."Lo llevas puesto" dijo Yuuta mientras tomaba suavemente tu mano en la suya.
Eras muy observadora cuando se trataba de él. Siempre veías la tristeza que estaba detrás de su sonrisa, el trauma detrás de sus ojos. Te habías sentido atraída por su misterio cuando lo conociste por primera vez, con ganas de aprender más sobre él. Pero incluso después de estar con él durante tantos años, incluso después de ayudarlo a atravesar su trauma ¿Cómo pudo esa profunda tristeza volver a sus ojos cuando miró el anillo que te dió?
"¿Por qué?" empezaste, cubriendo su mejilla en la palma de tu mano
"¿Por qué te ves tan triste?"
Los ojos oscuros de Yuuta se encontraron con los tuyos. Sus ojeras lo hacían parecer cansado, pero sabías que estaba bien descansado.
"Supongo que me recuerda a ella"
Por supuesto. Siempre tuvo algo que ver con Rika, su enamoramiento de la infancia que había fallecido cuando era joven. No podías culpar a Yuuta, pero no podías evitar sentirte menos en comparación con ella.
"Sabes, Yuuta", dijiste, haciendo todo lo posible por no sonar molesta, "Acepté usar el anillo porque queríamos un símbolo de nuestros sentimientos el uno por el otro".
La expresión de Yuuta cambió a una mirada confusa.
"Pero tú me conoces, tú sabes cómo soy. Si crees que voy a dejar que me hagas un reemplazo para ella..."
"Estás equivocada", intervino. La firmeza de su tono te tomó con la guardia baja.
"No te haría eso. Tú y Rika son dos personas diferentes, y ambas son preciosas para mí de diferentes maneras".Lo que Yuuta hizo a continuación te sorprendió aún más.
"Si no estás convencida, haré que cambies de opinión" dijo acostándote en la cama.
Yuuta se puso sobre ti, tirando de tus manos hacia su boca. Besó el anillo y luego besó tus nudillos. Los apartó solo para inclinarse para besarte, lo que se le dificultó al principio. Después de todo, seguías haciendo muecas. Te diste cuenta de que estaba conteniendo una risa, lo que hizo que te molestaras aún más.
Yuuta encontró el camino hasta el hueco de tu cuello, mordisqueando, chupando y besándote allí. Deberías haberlo sabido mejor, no ganarías, no cuando él ya sabía dónde estaban todos tus puntos débiles.
"Me encanta tu cuello y cómo tiene la forma perfecta para poderlo besar".
Tus dedos se deslizaron firmemente por su espalda, derritiéndote bajo sus caricias. Se dió cuenta de que te relajaste en su abrazo y se sintió aliviado de que te hubieras rendido.