War of chains: El escape de las cadenas. [1]

Capítulo 2.

*Naoko

01 del sol del Piscis del tiempo 420.

El palacio estaba hecho un caos, un ataque a los laboratorios en Moonween había acontecido en algún punto de la noche, había habido ciertas bajas importantes, se perdieron avances en las aeronaves que se habían estado desarrollando y más aún, una de las plantas de energía había salido dañada, la familia Min estaba furiosa y querían sangre como respuesta al ataque, lo sabía, no era necesario que me llegara un comunicado pidiéndolo. Y para agregar más leña a la hoguera, uno de los científicos más importantes de Paradise había fallecido en los ataques, problemas y más problemas,

"Porque no podía tener un día en paz, sin ningún problema, maldición".

Bueno hay una guerra en proceso, pero esta nunca había cruzado más allá de la frontera, no es porque no se pudiera simplemente las costumbres de TimeSaid se los impedía, en recursos eran mucho más fuertes que nosotros, pero lamentablemente esos recursos no eran aprovechados, ya que los verdaderos lideres del continente no lo permitían, esto generando que sea una nación vulnerable. Mis tíos querían iniciar un baño de sangre, cual hicieron en su estadía en el poder, pero yo no quería eso, ya se había perdido bastante por esta guerra de poder, así que en los casi tres años desde que ascendí me enfoque en fortalecer la nación para no depender de un tratado de paz que probablemente nunca suceda, mis tíos enfurecieron cuando no continue con sus absurdos planes y no me podría importar menos, mis abuelos siempre me dijeron que un buen emperador vela por el bienestar del pueblo, una guerra solo pone en peligro ese bienestar que como gobernante estas obligado a proteger, así que, limite en lo más posible la guerra a la frontera. El enorme muro construido por mis abuelos era demasiado beneficioso para contener los ataques al máximo posible. Dos guerras habían sucedido y en ninguna habíamos ganado, solo obtuvimos infinitas perdidas, otra guerra sin pensar a conciencia nuestros movimientos nos traería desgracia, que claramente no lo permitiría.

- Emperador, el consejo lo está esperando – asiento mientras arreglo mi corbata, Ima mi segunda al mando desde mi asunción, lleva el control de todo y eso ha evitado que enloquezca por tanto trabajo. Ima tiene el cabello castaño, cosa que ninguno de sus padres ostenta y es algo que ella agradece, aun así, tiene las mismas facciones marcadas de su madre, como la mirada de su padre, era digna hija de ambos y eso lo detesta – También está la representante de la familia Min, llego en una aeronave hace como una hora.

- No me sorprende, están furiosos quieren sangre como respuesta al ataque – digo mientras empiezo a caminar a la puerta. - Dile a Masuru que lo espero en mi oficina en dos horas, imagino en que acabara todo esto y no me agrada en lo absoluto.

- Si emperador – dice caminando detrás de mí.

No me termino de acostumbrar a que mis propios primos me llamen emperador para todo, es que ni siquiera cuando estamos solos pierden el formalismo. Ni siquiera los veía como mis primos, eran mis hermanos, había crecido con ellos en la casa de los abuelos, sin embargo, no fuimos criados de la misma manera, Akiko había sido un tornado en la vida de ambos. Los crio para no fracasar, los crio para ser mejores que yo, para que algún día los abuelos vieran que alguno de ellos era más apto para asumir el trono. Siempre que venían a la casa de los abuelos llegaban con nuevos golpes de vara de madera en sus espaldas o piernas, la abuela enloquecía cada vez y les reclamaba al punto de que no volvían a ir por un mes entero, hasta que el abuelo intervenía y amenazaba a Ringo de quitarle el cargo que le estaba quedando muy grande en su poder. El abuelo no quería otra guerra, el abuelo quería un tratado que terminara con todo, no quería perder lo poco que quedaba de todo lo que Paradise era, en el poder de Ringo se perdió aún más, me entregaron el poder de una nación casi devastada a los 15 años.