La odisea

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Al día siguiente después de clases, caminaba a paso lento. Estaba ansioso pero debía calmarse para no llamar la atención de los chicos. También tenía sueño.
Las calles estaban un poco vacías, y hasta tranquilas.
Miró su reloj de mano y decidió pararse bajo la sombra de un árbol cerca de un parque. De pronto llegó un auto rojo, de el bajó Mamoru.

— Hola Kou...– Dijo Mamoru con sus lentes de sol y traje negro. Seiya no dijo palabra alguna y se quedó mirando fijamente al pelinegro.

— Fuiste tú, ¿Verdad?, tú fuiste quien mandó a golpear a Haruka.– Seiya seguía con la mirada fija en el pelinegro. Agradecido debería estar Mamoru de que Seiya es un chico que sabe controlar sus impulsos o de lo contrario acabaría golpeado, en parte no debían llamar la atención en media calle.

— ¿Qué puedo decirte?, Tenoh es un corredor mediocre, ¿Qué puede hacer?.– Habló con desdén el joven Chiba.

— Tenoh es mi amigo, y yo puedo destruirte con mis propias manos si asi lo que quisiera, voy a defender a mis amigos de cualquier imbécil que se cree que tiene el mundo a sus pies.– Habló con furia contenida en su voz.

— ¿A si?. Eso lo veremos el día de la reunión con los Kaioh. Que será dentro de dos dias. ¿No es así?.– Ambos se miraron fijamente.— Después de eso ya no habrá vuelta atrás...que te parece si después de eso nos vemos aquí en este mismo lugar a las ocho de la noche. Ajustamos cuentas como debe ser.– Le dijo Mamoru quitándose los lentes de sol.

— Me parece perfecto...– Seiya se acercó aún más a Mamoru de manera amenazante.

Ambos se alejaron, cada quien por sus caminos. Ahora Seiya debía pensar en un plan pues después de esa reunión tan importante, al día siguiente debía hacer la presentación del grupo en el parque número diez. Tomó un bus que lo acercara a su casa mientras sentía su furia acumularse en su interior.

Al llegar a casa, fue recibido por su madre, esta le hizo demasiadas preguntas que fueron contestadas con respuestas cerradas. Recibió una llamada de Setsuna Meioh quien le informó que Haruka ya estaba dado de alta, a lo que él pelinegro se alegró un poco. Ese mismo día fue a casa del rubio. No sin antes agarrar una libreta y escribir otro de sus pensamientos, pensamientos que ya había escrito desde unos dos meses, desde que Tenoh comenzó a conocer a Michiru Kaioh.

Cuando llegó al departamento de Tenoh, vió que ya había llegado Minako, la rubia que siempre andaba tras de Haruka.

— Tú, ¿Donde estabas?, Haruka está tan mal y vienes como si nada.– Le Reclamó la rubia.

— Sólo él sabe lo que he hecho por él...– Fue lo único que respondió el pelinegro.

— Ya basta ustedes dos. Seiya, gracias por venir.– Dijo el rubio acostado en su cama.— Hace unos minutos se acaba de ir Setsuna y Ander, mi patrocinador.– El rubio sacó su celular.— Tengo que recuperarme pronto, el joven Cooper me dijo que iremos pronto a París, luego del periodo vacacional así que ya no nos vamos a ver tan seguido.– Otra noticia inesperada para Seiya.

— Me alegro mucho, lo importante es que estés  bien, Tenoh.– Después de decir eso, tocaron la puerta. Seiya fue abrir y eran Yaten, Yuuichirou y Zafiro.

— Seiya...vanimos a ver a Te-...– El joven platinado se detuvo al ver a Minako Aino en el departamento de Haruka.

— ¿¡Tú que mierdas haces aquí!?.– Exclamó Yaten señalando con el dedo a Mina.

— Lo mismo debería preguntarte.– Le respondió la joven.

— Haruka es mi...– El platinado se detuvo y miró a Haruka.— ¡Tú sabias que ella es mi ex y aun así te metiste con ella!.– Gritó molesto el platinado, Haruka no dijo nada solo se contuvo.

— Yaten cálmate...– Le pidieron Yuuichirou y Zafiro.

— ¡No, maldita sea!, ¡Los odio a los dos!.– Gritó alejándose del lugar y azotando la puerta. Todos quedaron atónitos por lo que acaba de suceder, o bueno, solo fueron Yuuichirou y Zafiro. Seiya se sentía aún más culpable porque de ante mano sabía lo que pasó entre Haruka y Mina. Más tarde llegó Taiki, ya sabía lo que había ocurrido así que solo se quedó de pie en la puerta del departamento.

— Mina, será mejor que te marches. Entre Haruka y yo necesitamos hablar de hombre a hombre.– Le pidió amablemente Seiya. La rubia bajó la mirada y se fue sin decir nada.

— Qué mal día para que Haruka saliera del hospital.– Habló rompiendo el silencio el chico al que apodan "Gafas", mejor conocido como Taiki.

— Y si...– Dijeron al mismo tiempo los tres hombres.

Esa tarde, los cuatro chicos se la pasaron platicando con Haruka. Todos parecían felices de que Tenoh ya haya salido del hospital, el tema de Yaten se arreglaría después. Por otra parte, Seiya seguía sin tener el valor de decirle a Haruka su problema.
Cuando todos se fueron, Seiya fue el último en irse no sin antes hablar una última vez más con Tenoh.

— Seiya, se que es mucho pedir pero...quisiera que cuidarás al abuelo mientras no estoy. Me iré de Japón y voy a tardar en regresar, eres de confianza así que...pero tampoco no quiero que tengas más cargas de los que ya tienes.– El rubio miró a su compañero.

— No te preocupes Tenoh, quédate tranquilo.– Le comentó Seiya apretando sus manos porque sabía que eso no seria posible.

Después de esa charla, no volvieron a verse. Finalmente para Seiya llegó el día en que asistiría a la reunión de familias. Para tratar asuntos de herencia, transferencias, compra de acciones y demás.

— Seiya, por favor. Es lo único que te pido, hijo. Vas tomar un papel muy importante y debe ser perfecto.– Le pidió Saori.— Yo no voy a ser eterna y quiero que te hagas cargo del negocio familiar, si lo miras de esta manera, tendrás un futuro prometedor por delante. No desaproveches esta oportunidad.– Fueron las palabras de la señora Kou a su hijo.

— Lo haré madre.– Dijo con una sonrisa radiante lel joven pelinegro.

— Bien, tu padre estaría orgulloso por ver que su hijo ya será todo un hombre.– Ambos se sonrienron y entraron a la mansión de los Kaioh.

Todos se presentaron en el gran comedor de la mansión. Seiya miraba a cada familia con discreción, había demasiada gente con sus respectivos herederos. Miró a la familia Tsukino, ahí estaba la chica que tanto quería, miró de nueva cuenta a los Mizuno, luego a los Hino, a los Furuhata, y por último observó a Chiba. Ese idiota sonreía con burla, ¿Qué estaba tramando esta vez?.

La cena transcurrió de lo más normal posible, pero sentía la presión en cada uno de sus miembros. Miró sus manos, acabaría con es imbécil de Mamoru pero primero debía guardar la calma. Cuando todos terminaron de cenar. El señor Koichi provocó un tintineo con su copa de vino. Y comenzó a Hablar.

— Me alegra mucho que estén todos aquí en esta noche de suma importancia para nosotros la familia Kaioh y Tsukino. Es un gran comienzo en la industria porque hay una nueva unión de familias.– El señor se detuvo un momento. Todos guardaban silencio, Seiya miró de reojo a Usagi que estaba sentada junto a sus padres, se le veía un brillo especial en su ojos y ese vestido blanco le quedaba espectacular.

— Bueno, es un honor saber que mi hija Michiru Kaioh es la prometida del joven Seiya Kou...— Pausó de nuevo el señor Koichi. Tras esas palabras Seiya quedó petrificado otra vez....miró horrorizado a Mamoru y este también estaba de la misma forma pero a diferencia de él, el joven Chiba estaba disfrutando la cara de horror de Seiya.
Si Seiya es prometido de Michiru, entonces Mamoru....

— Por otro lado, la Señorita Usagi Tsukino es la prometida del Joven Mamoru Chiba.– Después de eso, todos empezaron a aplaudir por las nuevas uniones.

Aunque Seiya sabía desde mucho antes que sería prometido de Michiru, no se esperaba que el idiota de Mamoru sería el prometido de su amada Usagi. Estaba furioso, muy furioso pero también quería llorar porque sentía que traicionaba a Haruka. Ese sentimiento de culpa cada vez más se apoderaba de él y está noche fue el límite.


















Les dije que Seiya saldría afectado. Lol, esperen el siguiente cap, a lo mejor es el final, a ver que decido.

Para soñar. Sin espacio, sin tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora