Contra el dragón

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Al día siguiente, en la escuela Teshigawara, todos estaban presurosos. Todos sin excepción, pues la mayoría de la escuela tenía clubes, como el club de teatro, de música, de arte, de soccer, rugby y muchos más.

— Me pregunto como estará Yaten. ¿Seguirá molesto por lo de hace días?.– Dijo Yuuichirou.

— No lo sé, no me ha respondido los mensajes.– Contestó Zafiro.

— Espero y ese enano no se atreva a abandonarnos el día de hoy. Faltan cinco horas para que comience el show.– Dijo Taiki.

Los chicos preparaban sus instrumentos en cajas para trasladarse al parque número diez.
Seiya por su parte se encontraba en el baño de la escuela, ya tenía listo su plan, hoy después del concierto iría a ver a Mamoru en el parque de la calle Yamamoto. Este se ubica a unos ochocientos metros de la bahía de Sankatzu. Ya estaba decidido.

Hoy era el duelo, este sería la última batalla para hacer justicia a Haruka.

Por otra parte, Mamoru Chiba estaba listo para enfrentarse con Kou. No le daba miedo, más bien sentía emoción, un tipo de adrenalina que recorre por la venas. Se sentía totalmente vivo.

Finalmente, los chicos se trasladaron al lugar y comenzaron a acomodar sus cosas. Estaban nerviosos por que regularmente hacían su tocata para el instituto pero está vez sería para el público en general. Antes de que comenzara el show, llegó Yaten con su guitarra en mano. Se disculpó por la actitud de hace unos días, debió mantenerse al margen de la situación pero siempre ha sido tan impetuoso que se le hizo fácil reaccionar de forma alterada.

— De verdad, lo siento chicos.– Se disculpó Yaten.

— Disculpas aceptadas pero creo que también Haruka debe escuchar eso.– Habló con diplomacia el joven Taiki.

— Lo sé, hablaré con él mañana.– Dijo Yaten.

— Bueno chicos. Como lo hemos estado ensayando.– Dijo Zafiro mientras ponía el "en vivo" en instagram.

Seiya buscaba con la mirada a algún conocido, tenía la esperanza de que quizás Haruka se encuentre, pero debido a lo ocurrido hace unas horas puede que no lo quiera volver a ver nunca jamás.
El show empezó y conforme pasaban los minutos, la gente se acercaba para apreciar a los chicos en su presentación.
De pronto el pelinegro se sintió muy tranquilo al lado de su grupo de músicos, ver a cada uno le trajo muchos recuerdos, sonrió porque quizás ya no los volvería a ver de la misma forma después de esto. Deseaba con todo su ser que aquellos chicos alcanzaran el éxito, pues esa fue la primer meta de la banda que formaron hace 3 años.

Finalizó su número y cada uno estaba cansado pero feliz.

— Seiya...– Taiki se dirigió hasta el muchacho ya detrás del escenario.

— ¿Qué pasa?.– Dijo tranquilo y con una sonrisa.

— Está noche te viste tan reluciente, demasiado feliz quizás. ¿A qué se debe?.– El castaño estaba curioso por lo que diría su compañero.

— Bueno, es que quise transmitir mi alegría al público. ¿Sabes lo que hacen las estrellas cuando su luz está apunto de extinguirse?.– Preguntó el pelinegro guardando su guitarra y marchándose junto con ella hacia la inmensa oscuridad de la noche.

Taiki se quedó pensando un momento sin tener tiempo de responder la pregunta hecha por Seiya hace unos momentos.

Mamoru ya estaba en el parque, no había nadie. Soltó una risa burlona pues ya era algo tarde y Seiya aún no había llegado. El viento movía con parsimonia las hojas de los árboles y los faroles iluminaban el lugar con un toque tenue.

Para soñar. Sin espacio, sin tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora