Felicidad. Un sentimiento que me invadió y ahora no quiere salir de mi cuerpo, no puedo borrar la sonrisa de mi cara, por mas loco que parezca.
Creo que no me he sentido tan completo en mi vida. Saber que encontré a mi hermano, mi otra parte de mi, me llena de alegría.
Luego de cenar, me ofreció una habitación en su casa, y por supuesto, no hice nada mas que agradecerle.
Busque las -pocas- cosas que tenia en la habitación del hotel, y volví hacia su casa, la cual quedaba cerca.
Su casa era pequeña y muy acogedora. Tengo un sobrino! Tiene 2 años y se llama Lucas es tan lindo y es parecido a su madre, ojos celestes y cabello oscuro, me alegra mucho sentirme así sentirme feliz. Estábamos viendo televisión en la sala y se me ocurrió hablar había un silencio solo se oía el ruido aturdidor de la televisión, en el orfanato no veíamos televisión. Edmundo lo prohibía decía que hacia mal a la cabeza.-Hermano creo que ya es tarde debo ir a dormir, mañana tengo que ir a la universidad.-Mi hermano ya me había contado con detalles su historia fuera del orfanato y yo le conte la mía, pensé que no era necesario escribir eso.
- Esta bien la habitación esta al final del pasillo a la derecha.- Señalo la habitación y siguió mirando televisión.
Me dirigí hacia la habitación entre, en ella habia una cama de una plaza, un armario el baño y un televisor, supongo que es para visitas.
Acomode mi equipaje y me puse a pensar, en Sara aun seguía molesto por lo que paso, pero no tiene sentido seguir pensando en eso asique prefiero olvidarlo.
Me acosté a leer un libro que habia en un mueble de la habitacion, hasta que mis ojos se cerraron.