Cómo convertir una novela de tragedia en una de sanación

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 8

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Ayúdame, padre.

Eso es lo que quería decir Theodore cuando su
padre se acercó a él.
Era lo único que quería decir, mientras los
colmillos le desgarraban la carne y la sangre le
corría por la garganta, sin saber qué hacer con
los colmillos que le habían brotado de repente.

Aunque sabía que su padre lo odiaba.

Aunque sabía que su padre nunca le había
dirigido una palabra cariñosa, pensó que tal vez
esta vez sería diferente.
Ojos rojos llenos de ansiedad, manos que no
parecían las suyas debido a las largas uñas
encarnadas, Theodore ansiaba una negación que
nunca recibiría.

Quería respuestas, por primera vez en su vida,
respuestas de que todo iría bien, de qué pasaría.Pero esas palabras nunca salieron de los labios
del Archiduque Karo.

"Mantente alerta, y nunca mates a una bruja".

Era una orden. No las cálidas palabras de un
padre a su hijo, ni un consejo de adulto, sino una
orden del jefe de la Casa Karo a su heredero.

No había ni una pizca de compasión en su fría
voz, de no querer convertir a su hijo en un
asesino, o de preocupación por el bienestar de la
bruja.

"Sin la bruja, ya sabes lo que te pasa. No quieres
morir así, ¿verdad?".

Un padre que realmente se preocupara por su
hijo nunca le habría dicho algo así a un hijo que
había presenciado la muerte de su hermano a
una edad tan temprana.

Sobre todo si ese hijo había seguido tan de cerca
a su hermano muerto, y ahora se le estaban
poniendo los ojos rojos y le estaban saliendo
colmillos igual que a él.

Sólo le había advertido que no matara a la bruja
si no quería acabar como su hermano.

Ordenó que encerraran a Theodore en las
mazmorras inmediatamente.

Theodore no protestó mientras era arrastrado a
las frías mazmorras por el séquito de su padre,
que había jurado guardar el secreto.

Se limitó a mirar a su padre con los ojos enrojecidos.

Tal vez estaría mejor muerto.
“Prefiero estar muerto", pensó Theodore,
mirando al hombre con el mismo nombre y la
misma cara.

‘Mejor ser un monstruo que un.......’.

El pensamiento no duró mucho, porque lo que
siguió fue una sed y un dolor enloquecedores.

Hasta que Theodore perdió la cabeza.

"Qué negación tan desgarradora".

Theodore rió amargamente al recordarlo. Si la manía era lo suficientemente intensa como para dejarlo inconsciente, los fluidos de la bruja eran igualmente necesarios.

Lo peor que podía
haber pasado era lo que el Archiduque Karo
había dicho que pasaría.

Por eso lo primero que Theodore había
preguntado cuando recobró el sentido fue si la
bruja estaba viva.

Respiró aliviado al oír que Renatis estaba viva,
pero sabía que debía de estar en un estado
terrible.

Por eso seguía enfadado porque Renatis
estuviera en las mazmorras, y por eso la había
buscado él mismo, aunque aún no se encontraba
bien.

"Estoy bien".

Contrariamente a lo que temía Theodore,
Renatis estaba perfectamente.

Incluso parecía
tener energía suficiente para hacer ruido.Así que algo iba mal, pensó, porque ella estaba muy bien.