¿Sabes a que hora se extingue el deseo?
porque he consumido el matafuegos
intentando pulverizar las chispas,
antes de que estas nos dejen ciegos.
Es irónico, mi labor era quemar,
roer mi propio ser,
escender y acarrear.
Ahora, me detenga o no,
el barco se va a estrellar.
Ni yo, ni el capitán, pretendemos evacuar,
entonces, ¿me vuelve malo incinerar?
que calcine más que ocho infiernos,
y que grites, como si tu alma se fuese en ello.
Llámalo eternos pensiles diurnos,
entretanto, marcaré tu cuello.
Y rociaré veneno,
y keroseno,
y tiraré por la borda
mis últimos anhelos.
Mientras sea yo,
quien se hunda primero.(Secuela de "Fuego, mar y cenizas").
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El peor de los inviernos.
PoetryCosas que escribí mientras sobrevivía al peor de los infiernos. Lo cual, casualmente, transcurrió en invierno.