Y de nuevo la misma situación, otro chico más de la preparatoria en donde ella iba se le había confesado, ya se había hartado de la situación.
Al principio los rechazaba indirectamente y por eso algunos aprovechan para hacerlo una segunda vez.
Pero todo cambió el día en que su mejor amiga fue rechazada, ella le dijo una frase que decidió seguir, aunque le molestaba de cierta manera, ya que, se la había dicho el mismo chico que la rechazó.
Disculpa pero no puedo tener una relación contigo, honestamente no quiero algo así.
Ella le sonrió con lágrimas en los ojos y al ver la acción le respondió.
No entiendo por qué hacen eso, si quieres llorar por qué sonríes forzadamente? Eso solamente se presta para los malos entendidos, prefiero mil veces que me insultes a qué me sonrías.
Ella se sorprendió.
Solamente es por agradecimiento.
Le aseguraba con la misma sonrisa forzada que le mostraba.
Me agradeces por romperte el corazón? Se que te duele que la persona que te gusta te rechace, por eso no deberías sonreír forzadamente, los sentimientos se deben mostrar tal cual.
Y con esas palabras él se alejó dejando a una Rika sin comprender.
Con el tiempo comprendió las palabras del chico y le agradeció que ahora su consejo le ayudara a su amiga.
O eso creía.
Asuna Yuuki era una de las mujeres más bellas de la preparatoria mixta a dónde estudiaba, desde primer año chicos de todos los grados se le habían confesado, desde sus senpai de tercero y segundo, hasta los de su misma edad.
Ella siempre los rechazaba con una sonrisa, una que era un forzada por supuesto, ya que a ella le incomodaban las declaraciones de amor.
No es que estuviera cerrada a una declaración, pero a su ver, a ella la elegían por su aspecto y su dinero.
Lo supo siempre cuando les preguntaba "que es lo que te gusta de mi" las respuestas siempre era "por tu aspecto o eres bella" o palabras similares.
En primer año se le confesó el 70% de los alumnos del género masculino, en segundo el 85 y en el último grado faltaba uno para el 100%.
Parece exagerado pero no lo era así, el tener el status de flor inalcanzable hacía querer a los chicos querer estar con ella, ya sea por el orgullo de presumir que solamente él sería el dueño de los besos de aquella flor o por el ego de la misma circunstancia.
Pero para todos fue extraño que Asuna cambiara su forma de rechazar a las personas y después de eso dejó de sonreír a cada momento y comenzó a convertirse en una mujer con el corazón de hielo.
No se podría culpar a los chicos por querer estar con ella, pero si de las formas en como lo hacían.
De las miradas que casi las desnudaban, hasta la invasión del espacio personal en la hora del almuerzo.
Debí hacerle caso a mamá y seguir en la escuela para señoritas.
Se lamentaba con un suspiro pesado mientras se dirigía al que, desde hace un tiempo, era como su santuario o su refugio contra esos tipos que no sabían darse por vencidos.
Ese salón que parecía abandonado con muchas cosas viejas era su gran opción.
Todo este equipo de cómputo viejo cables y piezas sigue aquí.
Suspiraba mientras veía los objetos.
Y lo peor de todo es que hay más.
Desechó la idea de arreglar un poco ese lugar y sacó su lienzo y soporte de dónde lo había guardado y comenzó a continuar su nueva afición, la pintura.