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Capítulo 18| La empalmada del siglo y el bloqueo escritor
(Sophia)
Mis padres se han ido hoy y ya les echaba de menos.
Se fueron por la mañana pues cogieron los billetes mal y en vez de por la tarde, ponía que el vuelo salía a las diez de la mañana. Llamé a Mane después de despedirme en el aeropuerto y al verme desanimada, fuimos a tomar algo al centro comercial. Y ahora, aquí nos encontrábamos: en la misma discoteca donde besé al grinch.
Mañana volvería a ser lunes de nuevo.
Bailo con la copa en alto restregándome con mis amigos, Paul también estaba. Nos reímos por mis movimientos. Apoyo las manos en sus hombros y deslizo mi cuerpo hacia abajo sin apartar la vista de sus ojos. Rápidamente, me levanto y comienzo a bailar a mi aire. Sola y libre. Sin vergüenza alguna. La coleta alta que me he hecho se mece de un lado a otro mientras muevo la cabeza con los ojos cerrados.
Estamos tan apretados en la pista de baila que casi puedo sentir los cuerpos de las demás personas aplastándome. La copa se la doy a un tío al azar que pasa por mi lado y me mira enarcando las cejas. Salto, bailo. Levanto los brazos y me sigo moviendo. Comienzo por moverme muy cerca de un chico que veo que viene hacia aquí. Hasta que miro hacia arriba inconscientemente y mi mirada se cruza con la suya.
El grinch.
Puedo sentir la electricidad de esa mirada verde recorriéndome desde su posición. Apoyado en la barandilla del primer piso. No me hace falta verle mucho para saber que ahora tiene una sonrisa de esas fanfarronas y estúpidas de las suyas. Por eso, sin saber porque lo hago, me muevo mucho más despacio que antes; una especie de baile sensual con el chico que tengo detrás, pero sin quitarle la vista al gilipollas. ¿Por qué quería tanto que me viera? Llevo la mano del tipo hacia la zona baja de mi vientre y se la introduzco un poco por mi falda.
Este sigue sin moverse, observándome.
Me doy la vuelta. Necesito dejar de mirarle cuanto antes. Sin embargo, aunque intento quitarme de la cabeza esa puta mirada, no lo consigo y vuelvo a darme la vuelta. Pero ya no estaba. Había desaparecido y yo me encuentro buscándole con la mirada como si me hubiera jodido perderle de vista. ¿Qué te pasa, Soph? ¿Desde cuándo te importa? Intento retomar la canción, me pongo a bailar obviando cada pensamiento de mi cabeza... Hasta que siento alguien detrás.
Y seguidamente, un susurro que me electrifica:
—¿Me buscabas, niñata?
Me vuelvo, pero es el peor error que cometo cuando me cruzo con sus ojos. Aun así, intento aparentar naturalidad cruzándome de brazos:
—¿Yo? Me parece que eras tú el que no dejaba de mirarme.
—Si, estaba viendo lo ridícula e inmadura que eres.
—¿Mas que tú? No lo creo.
En ese momento, la canción suena y para colmo, es la misma de la fiesta neón con la que le besé. Parece darse cuenta de lo mismo que yo. Después de ponerme recta y decir que yo me voy donde nadie pueda amargarme, cuando estoy a punto de caminar más al medio de la pista, alguien tira de mí alejándome de todo el mundo. Cuando me doy cuenta, me encuentro en una esquina a oscuras con el puto grinch.
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Cuando las rosas dejen de arder #2 SERIE AM /Pausada
Romance"Tienes dos opciones, niña pija: seguir ardiendo o florecer" Sophia Berglund siempre ha sabido lo que quiere: ser escritora, hallar un amor como las novelas que lee y que sus padres no vuelvan a destruirse. Si, a pesar de ser la amiga alegre y diver...