Jungkook está enamorado de ti y hace todo lo posible para conquistar tu corazón (como comerte el coño cuando y donde quiera)
ADVERTENCIAS: sexo en público, sexo sin protección, sexo oral (ambos reciben), masturbación, sobreestimulación, comer semen.
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—Detente...— gimoteas, agarrando su cabello en tus puños. —¡Jungkookie!— insistes aún más mientras tratas de alejar su cabeza del área entre tus piernas, pero Jungkook no se mueve ni un centímetro. Te retuerces y lloras patéticamente, pero eso no lo alerta en absoluto.
Sigue lamiendo y sorbiendo hasta que no queda excitación, pero siempre sale más de tu agujero, así que continúa y continúa... Oh, te preguntas cómo este hombre puede tener tanta hambre incluso después de comerse todo el plato que ordenó. Le dijiste que no te siguiera al baño, pero Jungkook nunca escucha, ¿verdad?
Tiras de sus mechones negros y la única respuesta que recibes es un gruñido de desaprobación de su parte. Sollozas, tan abrumada y cansada, pero no puedes negar lo bien que se siente su lengua en tu centro desnudo.
Ya te ha sacado dos orgasmos, uno con sus dedos acariciando suavemente tu punto y el otro chupando con avidez tu clítoris. No recuerdas cuál fue el primero o tal vez ambos sucedieron al mismo tiempo. Realmente no lo sabes.
Estás tan sobreestimulada, pero sus labios envueltos alrededor de tu sensible clítoris te tienen al límite otra vez. Duele mucho. ¿Tiene sentido? lo que sea, tiene sentido para ti.
Ustedes dos liándose en un baño mientras sus amigos están esperando afuera es malo, mientras que tener la cabeza de Jungkook entre tus piernas, comiéndote como un hombre hambriento es bueno. Un poco demasiado bueno.
Colocas una mano detrás de ti sobre el mostrador, la otra sujeta con fuerza su cabello en tu puño, sin importarle si tiras demasiado fuerte. Si le arde el cuero cabelludo, pero no se compara con las fuertes pulsaciones de tu clítoris.
—Jungkook, joder— maldices, tirando tu espalda contra la pared, justo al lado del espejo. —¡Dios, esto es demasiado!— gritas y cierras las piernas, alejando su cabeza de tu coño empapado.
Él no se defiende y se asoma entre tus muslos, mirándote. Tu corazón da un vuelco cuando ves su rostro y lo desordenado que se ve por tu culpa.
Sus labios y barbilla brillan por tus jugos, su lengua se lanza para lamerlos y limpiarlos. Algunos de sus rizos están rotos, el cabello revuelto, y realmente puedes decir que los estabas tirando hace unos segundos. Solo pensar que su cara estaba enterrada entre tus piernas, besándose locamente con tu coño, hace que tu estomago se encoja.
¿Cómo puede ser tan apasionado por algo que ni siquiera es suyo? Realmente está tratando de hacer que te enamores de él y tienes que admitir que lo está haciendo bien hasta ahora. Si salir con Jungkook significa recibir una mamada todos los días, podrías dejar de rechazarlo y considerar darle una oportunidad.
