El celular de Anastasia comenzó a sonar. Christian suspiró aliviado y dejó que ella contestara y hablara con tranquilidad. Al término de la llamada, Anastasia lanzó una maldición.
- ¿Pasa algo?- preguntó él.
- Si, es que Ethan quiere que valla a su casa para arreglar unos pasos de la función del viernes.- sacudió su cabeza, fastidiada.- lo lamento, Christian , pero me tengo que ir...
- Anastasia ....- Christian la cogió del brazo antes de que se volteara.
- ¿Si?
- ¿Te gustaría cenar conmigo mañana?- las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerse. Y de repente, se sonrojó. A Anastasia le encantó la idea de cenar con él.
- Claro que si.- le dijo, con un entusiasmo que hasta ella misma le sorprendió.
- Entonces....- metió las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón, tímido.- ¿Mañana a las siete?
- A las siete.- repitió.- perfecto.- sonrió y se acercó para besarlo en la mejilla.- adiós.
- Adiós.- dijo y se sorprendió con la tranquilidad que sonó su voz, cuando en realidad lo que quería hacer era sonreírle como imbécil.
Sólo entonces cuando Anastasia desapareció, Christian caminó y se subió a su auto, deseando poder llegar rápido a su departamento y acostarse en su cama para hacer lo que mejor sabe hacer. Soñar con Anastasia .
Al día siguiente Christian se levantó más temprano de lo habitual para hacer las reservaciones en uno de los restaurantes más costosos de la ciudad. Cuando cayó la noche, se vistió con la mejor ropa que tenía y se echó perfume. Todo para impresionar a Anastasia .
Antes de llegar al restaurante, Christian pasó por una florería y compró unas preciosas rosas de color rojo carmesí. Luego fue al restaurante y se sentó en la mesa en donde el mozo le indicó. Miró la hora en su reloj de muñeca. Las seis con cincuenta de la tarde. Había llegado diez minutos antes, sólo para no hacer esperar a Anastasia en caso de que llegara más temprano.
- ¿Su orden, joven?- preguntó un mozo quien se le acercó, con una pequeña libreta y un bolígrafo en las manos.
- Aún no. Estoy esperando a alguien, gracias.
El mozo se retiró. Veinte minutos después, Christian notó que una mujer sentada en otra mesa más alejada de él le estaba haciendo ojitos. La ignoró. Lo único que quería era que Anastasia llegara rápido, y ya llevaba más de diez minutos de retraso.
Christian se fijó en su reloj de pulsera una vez más. Las siete con treinta y seis minutos. El mozo se le había vuelvo a acercar donde él varias veces, y Christian le había dicho que seguiría esperando.
Las ocho. Christian la esperó hasta las ocho. Tuvo que pasar una hora para que él entendiera, de que no llegaría. Se sintió decepcionado, humillado, avergonzado. Miles de sentimientos a la vez. El pecho se le cerró. Que estúpido había sido él, al creer que tal vez para Anastasia él era importante. Creía que tenían alguna conexión especial. Tan solo... algo.
- Que pérdida de tiempo.- gruñó Christian botando las rosas en un basurero fuera del restaurante.- soy un idiota.
Estaba dolido. Herido. Pero sobre todo, sentía un gran rencor sobre ella. Manejó hasta su departamento y se acostó, hundiendo su rostro en la almohada. Lo único que quería era olvidar la noche y echarse a dormir.
Pero la erótica imagen de Anastasia bailando seguía vagando por su mente.
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Anastasia Steele & Christian Grey ( La bailarina ) (Adaptación)
Fiksi PenggemarSinopsis: Y ahí estaba ella nuevamente, esplendida. Anastasia Steele resplandecía en el escenario, sin ser consciente de que sus delicados movimientos hipnotizaban a su más grande admirador secreto. Christian Grey iba todos los viernes después de la...