Peligrosa Pasión ©

1. Una traición

{ PELIGROSA PASIÓN
CAPÍTULO UNO
"Una traición" }

Estaba casi anocheciendo, y en la Editorial Cute Books, una chica de ojos ámbar y cabello rizado, editaba una novela, siendo observada ansiosamente por una pelinegra.

Isabel y Valentina llevaban años de amistad, tantos que ya Isabel sabía que algo quería la pelinegra cuando se quedaba observándola de esa manera.

—¿Qué quieres?— preguntó, sabiendo que su mejor amiga no dejaría de observarla hasta que ella le diera lo que quisiera.

Al obtener la atención que quería, la chica se atrevió a hablar, aunque sabía que tendría que rogar un poco ante lo que le pediría a la seria Isabel. --¿Puedes parar de leer y escribir, y prestarme atención por un segundo?.

Sin embargo, la rubia tenía cosas que hacer. No planeaba dar tiempo a alguna otra cosa que no implicara trabajar, pues sentía una enorme ansiedad por volver a casa y preparar la fiesta de su prometido, Max.

Así que se limitó a responder: --Lo siento, pero no puedo, tengo que terminar de editar este libro para que vayamos analizando la fecha de publicación--.

Ya Valentina esperaba esa respuesta, así que sólo suspiró antes de seguir insistiendo: --Por favor-- suplicó. --Solo será un segundo.

Ante la insistencia, Isabel suspiró derrotada, cerró su laptop y volteó a mirar a su amiga. --Tienes dos minutos, necesito irme y primero debo terminar de editar ese capítulo— explicó cortante.

Valentina era astuta, planeaba envolverla un poco, fingiendo empatía e "identificándose". Así que exclamó: "--Odio los capítulos largos--" incluso, estrujó su cara con frustración, como si le estresaba el tan sólo ver a Isabel leer aquellos capítulos y editarlos.

Y realmente le estresaba, pero aquella chica pálida lo decía con la intención de romper el hielo y distraer.

Ella era la "inocentona" dentro de la amistad, eso quedaba más que claro cada vez que sabía que no era debido hacer lo que Isabel le advertía que no hiciera, al final, más por motivos propios que por los consejos de su amiga.

Isabel la conoce a la perfección, así que sólo se limitó a decir: --Yo no los odio, pero sí odio editarlos-- soltó una risa y sólo bastó que observara de manera seria a Valentina, para que la pelinegra se sintiera presionada a hablar.

Avergonzada, se pegó al cuerpo de su amiga, abrazándola efusivamente y acariciando su cabello, antes de decir suavemente: --Bueno... es que...—.

--Mmmm... ¿Qué es lo que quieres?— preguntó Isabel. Ya sospechaba que estaba a punto de ser manipulada, a su amiga no sólo le importaba como fuese tratada, también quería llevar a Isabel a presenciar aquello, y eso le indignaba.

Sin embargo, a la pelinegra solo le bastó una mirada de ojos entrecerrados de parte de su amiga, para que escupiera rápidamente lo que quería realmente: --Mi exnovio ahora trabaja en un bar, no como barman-- aclaró rápidamente, mientras se separaba nerviosamente de su amiga.

Ante sus palabras, la chica de ojos ámbar, preguntó irónicamente: --¿Cómo gerente?--.

Valentina sabía perfectamente a lo que Isabel se refería, tanto que sólo se limitó a responder con una mueca: --Mmmm... ¿No? No lo creo--.