Capitulo. 5

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Cuando el primer capítulo acabó, Sana suplicaba por ver otro.

"¿Por favor? Más." Sana señalaba al televisor y asentía levemente. "Si, más."

Mina se encogía de hombros y eligió otro episodio, no viendo ningún inconveniente en ver otro más antes de irse a la cama. Casi se había quedó dormida.

"Más." Sana sonrió, señalando la televisión Mina entrecerró los ojos y miró la hora que era en su teléfono, bufando cuando se dio cuenta de que estaban despiertas más tiempo del que tenían planeado. Se sentó y sacudió su cabeza apagando la tv con el control que estaba al lado de ella. Sana giró la cabeza a un lado.

"Es hora de irse a la cama." Mina bostezó y se levantó caminando hacia las escaleras. Sana la siguió muy despacio, caminando de puntillas.

"¿Dormir?" Sana le preguntó una vez que llegaron a la cima de las escaleras. Mina asintió y abrió la puerta del dormitorio. Sana se quedó vacilante en el pasillo.

"Frío." Sana sacudió su cabeza.

Mina suspiró y agarró el brazo de Sana y la metió dentro de la habitación evitando así despertar a alguien más.

"Tengo ropa calientita que puedes usar." dijo caminando a su armario buscando entre los estantes. "Toma." Le dio a la chica una camiseta de manga larga.

Sana vio la camiseta que tenía en sus manos, abriendo su boca para decir algo, pero en cuanto vio la mirada de molestia en la cara de Mina, se calló inmediatamente.

"Recuerda, este es tu lado de la cama." Mina balbuceó, señalando el lado en el que Sana había dormido. La chica no esperó respuesta y se metió en la cama, bajo las sábanas y dándose la vuelta para no estar mirando a Sana.

Sana se quedó en silencio, sujetando la camiseta en sus manos. Despacio se quitó la camiseta de Tzuyu que tenía puesta y se puso la de Mina. Con el ceño fruncido, se dio cuenta de que no olía igual que la de Tzuyu. Así que instantáneamente, Sana abrazó la camiseta de Tzuyu y la acolchó a la cama.

"¿Mina?" ella susurró, quedándose en el borde de la cama mirando a la otra chica. No hubo una respuesta. Mina ya se había dormido. Sana sonrió, abrazando la camiseta cada vez más fuerte contra su pecho y riendo bajo las sábanas. Se mordió el labio, no muy feliz de que Mina pusiese una almohada en el medio de la cama que las separase.

Con un suspiro profundo, Sana se hizo una bola, trajo la camisa dejándola en el hueco de su cuello, inhalando la esencia con la que había estado tan cómoda este tiempo. Se quedó en silencio durante un tiempo, con la mirada pérdida en la oscuridad que tenía delante de ella. Después de entretenerse con sus pensamientos por lo que parecieron horas, sus párpados eran más pesados y suavemente se cerraron.

El sueño acababa de tomar a la pequeña chica cuando de repente su respiración se intensificó. Los recuerdos volvieron en destellos blancos y rojos, y una gota de sudor goteaba de su frente. Sana jadeó en busca de aire, haciendo que se despertase. Su corazón estaba latiendo ferozmente y se sentó rápidamente, abrazando la camiseta de Tzuyu debajo de la barbilla y escaneando la habitación ansiosa.

Cada sombra, cada pequeño rincón de luz, de repente adoptaba la posibilidad de peligro. Sana sacudió la cabeza y cerró los ojos muy fuertemente. No le gustaba esto. La pequeña chica limpió frenéticamente el sudor de su frente, intentando tomar el aire que no sabía que había perdido. Cautelosamente, miró hacia la chica que estaba en la cama al lado de ella. Mina estaba profundamente dormida. Sana consideró despertarla, pero sabía que en la habitación de al lado había alguien con quien prefería estar. Así que en silencio abrazó la camiseta de Tzuyu contra su pecho y fue de puntillas hasta la puerta, comprobando todo, una vez más, para asegurarse de que nada fuese dañino. Echó un vistazo al pasillo para asegurarse de que estaba a salvo antes de abandonar la habitación de Mina.

Amarillo (SaTzu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora