La Tierra de la Felicidad

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El barco iba surcando con mucha rapidez las frías aguas oceanicas ya deseaban llegar a tierras de nueva Escocia ( Canadá) en donde el padre de Candy tendría tierras, pero sabían que a un allí no estarían seguros, debían llegar a Estados Unidos, una región que acaban de independizarse de Inglaterra, allí nadie los podría encontrar, en la popa del barco, Albert abrazaba a Candy por atrás contemplando el basto océano, muy pronto llegarían a tierra y ambos tendrían una nueva vida.....

En Escocia Albert era buscado por todos lados al ser enemigo número 1 del rey, además buscaban a Candy como locos, pues Terry así lo exigía, tanto Niel como Elena estaban presos pues por culpa de ambos "su mujer" se había ido sin saber que el estaba allí para ella.... ¿ Que podía hacer el?

Mando a traer a sus cortesanas para que le calmaran su ímpetu y con ellas pasaba las noches mientras quitaba tierras a los Ardlay, los traidores, desleales de la corona y como todo traidor era buscado para la horca, el rey le había cedido a el las tierras escocesas que quitará, así que el se quedó como el terrateniente de muchas.

A Elroy le dio la posible de irse de Inglaterra y sus tierras, incluso le hizo el honor de subirla en un barco rumbo a su nuevo hogar, Estados Unidos y le dio unas cuantas monedas para que se mantuviera durante el viaje.... Mientras la cruzada en busca de Candy seguía, Elena sufría, pues era ultrajada constante mente y golpeada cruelmente, todo lo que ella deseaba para Candy denle revertía, lo mismo le pasaba a Nivel pues eran cuidados por casacas rojas los más crueles militares ingléses, no tenían ningún tipo de piedad, les gustaba torturar a sus presos de la manera más cruel.

Mientras que los Escocés que habían decidido quedarse sufrían las desavenencias de los ingleses, pues les exigían comida, pieles y otras cosas, las mujeres eran frecuentemente mancilladas y muchas salían embarazadas mezclando la sangre Escocesa y la inglesa, los obligaban a ser de la religión anglicana, a un que ellos preferían comulgar la fe católica.

El tiempo pasaba y las cruzadas en busca de Candy y de su hijo, no daba resultado, un hijo suyo andaría pululando quien sabe por dónde y el se casaría para dar heredero a la corona, se arrepentía de no haber querido en su momento a la que fue su esposa, ahora el tenía la dicha de tener una nueva y concubinas, pero siempre la buscaría a ella y cuando la encontrará la tendría por las buenas o por las malas.

El tiempo pasaba en el barco, los pequeños se aburrían mucho, ya querían llegar a tierra, el embarazo de Candy era cada vez mayor, su enorme vientre no le dejaba ver sus pies, ya casi cumpliría sus nueve meses y a un no llegaban, eso le preocupaba, pero no en demasía.

TIERRA, TIERRA..... Se escuchó decir y en un mapa Albert buscaba las tierras del padre de Candy, así rodeaban las tierras hasta llegar a estas, por suerte unas estaban cerca de la costa y no les tomo trabajo llegar, habían al rededor islotes que se podrían utilizar para esconderse....

En la isla hacían participe a su  señor del avistamiento de un barco.
Miro la bandera de su dominio y solo pensó en que su hija llegaba, al fin.....

En el barco, Candy sintió que algo se deslizaba en medio de sus piernas y un dolor por ella conocido se apoderó de su vientre, haciendo que esté se tensara, la pequeña se dio cuenta y ya no gatio se levantó tambaleándose asustada a buscar a Albert, hasta llegar a su mano, este asustado la sostuvo, mientras ella señalaba a su madre, que en ese momento estaba hincada sosteniendo su vientre, con las piernas abiertas sin poder moverse mientras sentía el rugir de las olas quebrarse al cruzarse con la popa del barco, Albert corrió, pero cuando llegó, miro un gran charco de sangre con un líquido blancuzco, correr por las piernas de su mujer, Candy lo miro con sus ojos dilatados por el dolor y dijo— Ya es hora amor, llegó el momento de que seas padre, mi cielo, ella grito y como eco se escuchaba por todos lados, ya no daba tiempo de nada, empezó a pujar en esa posición, arreglando sus faldas, y pujando fuerte mente muestras sus doncellas corrían de un lado a otro, consiguiendo lo necesario para atender a su señora, Candy pujo, pujo así agachada como gateando por un tiempo, luego se puso de cuclillas y la cabeza del niño salía mientras le decía a Albert, amor, toma al bebé que no se golpee, con otro pujido el pequeño salió llorando a más no poder, William Alexander Ardlay había nacido ya había sucesor, con un pequeño cuchillo le cortó el cordón umbilical, la placenta salió con el, estallando en el proceso, seguido de esta otro espasmo de dolor se hizo presente y abrió los ojos de par en par, y dijo título de Lord, bueno cuando se lo devolvieran, pero más que eso tenía la evidencia del amor que se profesaba con su amada esposa, en cuanto la escucho pujar de nuevo fue donde ella y le pregunto —¿ Que pasa mi amor?.....— mi vida, parece que viene otro bebé— Dios mío....... Vio que Candy pujaba y pujaba, y nada, siento algo, dijo ella roja, necesitó que me introduzcas la mono y le ayudes a nacer....— Pero no te quiero hacer daño....— confío en ti y en mi Dios que todo saldrá bien y así fue..... Dios les ayudo y guío má mano de Albert y este tocó y levanto el vestido de Candy un poco, solo para introducir la cabeza y sintió un piecito, así que introdujo dos dedos y poco a poco jalo el otro pie, Candy entonces pujo, más fuerte y el cuerpo del bebé salió con cuidado de este, el Cordón estaba al rededor de su cuello, pero no lo tenía atado a el tan fuerte, por lo que se lo quito, limpio la nariz y boquita de fluidos e inicio a llorar, una bella niña, igual que su padre pero con la mirada verde de su madre había nacido, Candice Rouss Ardlay había nacido, su padre miraba a su pequeña hija emocionado y la placenta salía sin dificultad, corto el cordón y la dio a una docena para que la lavara después de salir de debajo de las faldas de su mujer, que respiraba cansada, la tomo en brazos y la llevo a su habitación para que descansará y fuera aseada, el barco estaba en la costa pero a un nadie bajaba, por lo que los padres de Candy subían a ver, encontrándose con la escena de sus cuatro nietos al rededor de está.....— padre, dijo extendiendo al pequeño William a su progenitor, pues Albert tenía los brazos llenos de unos celosos Terry y Mary en sus brazos los otros pequeños hijos de  su mujer.....

Con el pasar de los días bajaron del barco pero sabían que no podían quedarse en nueva Escocia pues estás tierras a un pertenecían a la corona Inglesa.... Estuvieron allí un mes y luego partieron rumbo a New York a la pequeña ciudad de Ilinois en donde sería su nuevo hogar, y dónde construirían nuevas historias con sus hijos.

En un barco Elroy lloraba pues se había quedado sin nada, sin posesiones, ni familia, arrepentida de todo lo que había echo, solo le pedía a la vida una nueva oportunidad.

En Escocia Terry miraba el retrato de su pequeño y la mujer que el no supo amar, mientras le informaban que Niel y Elena habían escapado daba la orden de llevarlos vivos o muertos....

Continuará........

IS TU M' EALÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora