†° Scars °†

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‡• CAPÍTULO V •‡

I KNOW YOU WON'T COME

Se miró al espejo delante de él, estaba hermoso para un día que debía ser conmemorativo para su vida

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Se miró al espejo delante de él, estaba hermoso para un día que debía ser conmemorativo para su vida. Pero Arlet no se encontraba en su mejor estado mental; con el corazón y el espíritu desbastado por la futura esclavitud.

Él no sentía su propia existencia.

Las damas que le habían ayudado en la preparación de su atuendo para la boda habían salido momentos antes, así que podía tener una plenitud de su propia conciencia.

Se acarició la trenza que habían elaborado con su largo cabello castaño rojizo, tenía flores paniculata colocadas por toda ella.

Ese pequeño adorno en su cabello le daba un mal sabor de boca, el significado de inocencia en él estaba más que manchado. No era puro y la flor solo creaba un aura de hipocresía a su alrededor. La amapola le quedaba mejor porque era una puta.

Aún sentía el aliento de Leo en su cuello, los besos en la frente y las palabras de consuelo que le engañaron. Pero fue su culpa, su amor le volvió a cegar y dejó que todo su afecto por el emperador volviera a surgir de un lugar que nunca se secó.

Porque Arlet aún se sentía segado, y obligado a amar a un hombre que no podía ser solo suyo.

Eso fue extraño, pensó que lo había superado después de estos años pero cuando lo miró ahí, en el altar junto a su hermano, le rogó a Dios por tomar el lugar de Sauro. De seguir al lado de ese implacable ser llamado Leo.

Bebió mucho, calló a su propio pensamiento y puso su atención en su pretendiente, aunque la vista se le fuera en la cabellera rubia y los ojos verdes, en los emblemas imperiales. Aries siguió segado aún después de todos esos años, así que se odio. Amar a alguien que no podía ser para ti era un acto de traición hacia su propio hermano y futuro esposo.

La amapola le quedaba tan bien en ese momento en el cual su cuerpo seguía teniendo huellas y sentimientos por otra persona, una que se propuso odiar aunque sabía que eso nunca pasaría.

No podía odiar a alguien que amaba de una forma casi enfermiza, porque Arlet lo entendió cuando se conocieron por primera vez, ellos estaban hechos para amarse pero nunca para odiarse.

Suspiro agotado, no se engañaría más. Se odiaba, no era puro y mucho menos alguien indefenso, le daría un poco de respeto a Tonio.

Empezó a reemplazar las puras flores por amapolas, si lo creían una ofensa a su tradición estaba bien, empezaría a demostrar que al menos podía elegir tener un poco de dignidad. No le mentiría a la persona con la que pasaría el resto de su vida como esclavo.

—Las amapolas te quedan bien, pero ¿por qué deshacer los esfuerzos de tus ayudantes?.

Observé con sorpresa a mi prometido colocado en el marco de la puerta, tenía un atuendo oscuro, con el emblema de Themis a un costado de su chaleco, llevaba guantes blancos con el cabello en una coleta alta, sin ningún adorno más; todo sencillo pero elegante. Su mirada no dejo de posarse en mis manos y el conjunto de amapolas que aún seguía colocando en mi cabello.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2023 ⏰

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