Tantos booms que tiene la canción y mi corazón solo sigue el boom de tu batería...
Mi nombre es Camila Meyer Rodriguez, soy de Colombia y sé que suena raro mi primer apellido, pero tiene una razón que en cierto modo agradezco.
Mi papá es alemán, pero como buen hogar latinoamericano no sé ni donde está él, a veces me gustaría saber dónde está pero como siempre me termina dando igual, al menos mi madre conservó contacto con sus familiares, más específicamente mi tía, que será bastante importante en esta historia ya que me había ganado una beca a ese país, Alemania.
En lo personal me gusta demasiado ese país, pero nada le gana a mi gran Colombia, lastima que haya mas oportunidades allá que acá entonces acepté la beca y me fui a vivir con mi tía.
(presente, 2005)
Estaba saliendo del aeropuerto, hacía un ambiente bastante fresco tirando a frío adoraba ese clima; team frío forever.
Caminaba con mi maleta de rueditas mientras buscaba a mi tía la cual se hizo notar rápidamente ya que tenia un gran cartel con mi nombre y varios globos, es muy amable de su parte así que rápidamente fui a saludarla con una gran sonrisa en mi rostro.
- Hallo!, ¿cómo estás? - dije bastante feliz, para mi suerte ella sabia español ya que había estado por algunos años en Colombia anteriormente con mi papá, su hermano.
También seria quien cuidaría de mi de ahora en adelante en este país y quien me enseñaría el idioma de este. También por mi suerte, porque que debuenas (para los que no sean de colombia:suertuda) yo, las clases aun no comenzaban.
– ¡mira cuanto has crecido!, me alegra mucho verte. Vamos, te enseñaré la casa – dijo mi tía bastante emocionada.
Yo no pude evitar sonreír ya que su español era algo tierno al aún conservar su acento alemán, siguiendo con la presentación... se llama Mia y a pesar de su edad se ve muy joven y por lo menos mucho más animada que yo y no es que no lo este, sino que no la conozco muy bien y me da algo de pena iniciar una conversación inmediatamente.
Cuando salimos del aeropuerto vi un lindo auto de color negro que gritaba todo mi gusto y Mia me abrió la puerta, sonreí ante este acto y me subí mientras que ella guardaba mi maleta. Luego ella subió al auto y lo encendió para emprender camino a su casa.
– el camino será algo largo, ¿quieres que encienda la radio? – preguntó. Respondí afirmativamente con mi cabeza, estaba sonando la canción de Tokio hotel “schrei” la cual causo un gran impacto en mí. nunca la había escuchado, tampoco entendía nada, pero realmente sentía esta canción, tanto que empecé a moverme un poco ante el ritmo de la batería.
– tía Mia, ¿como se llama esa canción?, realmente me gusta. – dije aún moviendo mis manos sobre mis piernas con el ritmo.
– oh, ¿te gusta? No sabía que era tu tipo de música pensé que eras más de... olvídalo querida, se llama “schrei” y es de la banda Tokio hotel, son muy populares acá y quizá sus canciones podrían ayudarte con tu alemán. – sonrió ante mi interés en la canción y me miró.
– tal vez de regalo de bienvenida podría darte un CD con sus canciones – y así fue, me regaló un CD con sus canciones y poco a poco con el tiempo me las iba aprendiendo, esto me ayudó increíblemente a aprender más rápido alemán, claro, con también la ayuda de mi tía Mia la cual comencé a adorar porque es de esas tías que uno quisiera ser, un buen trabajo, bonita y con buenos gustos, porque hasta yo le pedía ropa.
Un día tuve un sueño extraño, era un lugar oscuro pero veía brillar algo en el suelo. Me acerqué a ver que era y era una ¿baqueta?... la miré atentamente y pronto me di cuenta en ese momento, que no estaba sola. Había alguien más, intenté comunicarme pero parecía no entenderme lo cual se me hacía extraño pero lo que era aún más extraño es que no se podía verle la cara a la otra persona, había algo que brillaba en su mano... ¿otra baqueta?. Al acercarme solo hizo que me despertara agitada, solo era un sueño extraño... creo. No le presté mucha atención.
Rápidamente se me fue el tiempo y comencé a estudiar, para mantener la beca sacaba las mejores calificaciones con un poco de ayuda de un traductor y calases complementarias logré manejar un nivel intermedio de alemán y el poquito tiempo que me sobraba lo gastaba en mi tía y como no, en escuchar a Tokio hotel. Me volví demasiado fan de ellos, tanto que deseaba que hubiera un concierto en la ciudad donde estaba y como si el de arriba me hubiera escuchado, así fue, mi tía con gran felicidad me dió de cumpleaños una boleta para el concierto y yo sí que estaba emocionada.
El día del concierto parecía un sirirí (para los que no sean de Colombia: Molestia o fastidio que causa a alguien de manera insistente).
– ¡Que la roja se te ve bien!, llevo media hora diciéndolo y tu sigues sin escoger alguna… – dijo mi tía con un suspiro ya cansada de mí.
– lo sé!, pero es que la otra también está bonita – dije ya bastante nerviosa porque era lo ultimo que me faltaba para terminar de completar la ropa que me iba a poner.
– sabes que, ponte tu camisa de los backyardigans si querés. Me tenés cansada – y si que lo estaba entonces sin ni siquiera dejarme responder se fue y lo único que hice fue llamarla.
– tiiaaaaaa – hice un puchero y suspire, termine por hacerle caso y me puse la roja. Luego de estar lista mi tía me llevo en su auto, había mucho silencio porque dijo que si decía algo más me cascaba (una putiza pues).
Al llegar le agradecí y me bajé para después entrar al gran lugar donde era el concierto, como buena loca que soy me deslice fácilmente entre la gente para poder llegar lo más cerca del escenario, pero obvio sin pasar los límites. Pronto empezó el concierto y las luces se apagaron, empezaron a iluminarse una por una con el sonido de la batería y desde que iluminaron las primeras luces a Gustav quede flechada, ya, me perdieron, quien pidió pollo?.
Digo, nunca me había fijado en los integrantes, solo en su música. Cuando terminaron de iluminarse los demás integrantes toda mi vista no se quitaba de él, había algo; en sus ojos.
– como están! – dijo Bill bastante animado y ahí empezó la primera canción.
En la antepenúltima canción a Gustav sin querer se le zafó una baqueta y apenas vi caer algo del escenario lo tomé rápidamente, como si fuera un billete en el suelo. Rápidamente el staff le paso otra baqueta y pude ver cómo suspiraba con algo de tristeza ya que era una de las baquetas de su par favorito, pero no podía detener el show.
Luego del concierto se encontraban los cuatro chicos descansando, bastante agitados ya que había sido un concierto bastante movido, notaron como Gustav tenía solo una baqueta y tom sin tantas vueltas le preguntó.
– ¿mandaste a volar una de tus raquetas o solo me di cuenta yo?, la vi rodando por el escenario – Gustav soltó un suspiro y le respondió.
– se me zafó, no se donde quedó… la fui a buscar por donde creo que cayó, pero no está. – Georg entendió ahora porque su amigo estaba con la cara larga y para terminarlo de ayudar (sarcasmo) le dijo.
– tal vez una fan la tomó y la está vendiendo ahora por internet – tom no pudo aguantar la carcajada cuando escucho a Georg y Bill le pegó mero coscorrón (para los que no sean de Colombia: golpe fuerte en la cabeza con los nudillos).
– esperemos a ver si aparece la otra baqueta, no pierdas las esperanzas Gustav – dijo Bill.
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𝑼𝒏𝒂 𝒃𝒂𝒒𝒖𝒆𝒕𝒂 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒉𝒊𝒍𝒐 𝒓𝒐𝒋𝒐 - Gustav Schäfer
RomanceGustav pierde una de sus baquetas favoritas en un concierto, pero no sabría que gracias a eso estaría conectado con alguien que será especial en un futuro