CAPÍTULO DOS

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El camino a nuestro nuevo hogar fue muy extraño, esta vez tuvimos que dejar la mayoría de nuestras pertenencias en la antigua casa, cuando tienes una familia que lleva viviendo más de 200 siglos, sueles tener muchas pertenencias.

Es invierno y eso quiere decir que estamos en la mejor temporada para los vampiros, ya que el frío nos gusta y lo mejor es que podemos hacer nuestras reservas de sangre para el invierno, lo que quiere decir que no tenemos que matar todos los días por la sangre de las personas.

Mi familia es lo que podríamos llamar "semi vegetarianos" y es así ya que podemos beber sangre humana y sangre animal, en nuestro caso bebemos ambas, la sangre humana es nuestra última opción para beber, en esta temporada de invierno tenemos que alimentarnos de sangre humana, para poder sobrevivir.

Mis padres nos educaron así ya que ellos son de los pocos vampiros de linaje puro que creen que los humanos no son un riesgo para nuestra especie, claro hasta que se enteran de lo que somos y tratan de matarnos.
Con la única humana que he convivido es con la novia de Jeremiel, ella por alguna razón no nos tenía miedo y sobre todo nos hacía sentir en casa, supongo que esa es la razón por la cual Jeremiel se enamoró de ella.

Después del viaje tan largo que hicimos de Italia a Salem, por fin llegamos a nuestro nuevo hogar, mi familia es experta en hacerse notar y que mejor que 5 personas nuevas lleguen al pueblo a vivir a la única casa de color negro, sin duda alguna somos muy discretos.

Mi padre le compró esta casa a un señor de edad avanzada que estaba por morir, tuvo que morir antes porque necesitábamos llegar antes a nuestra casa, así que tendremos que decir que somos familiares del difunto señor Franklin.

La casa es tan grande que cuenta con 3 jardines, dos traseros y un delantero
en cuanto a las habitaciones, son exactamente 4 habitaciones, la principal de mis padres y cada uno de mis hermanos cuenta con su propia habitación.

- ¿Qué habitación tomarás Nolan? – Pregunto antes de tener que volver a empacar mis cosas.

- Tomaré la habitación junto a Jeremiel - Contesta Nolan.

- Supongo que tendré que tomar la habitación que está abajo - Digo un poco preocupado, ya que odio estar solo.

Bajo las escaleras que pasan por la sala principal y llego hasta mi habitación, es más grande de lo que imaginaba y supongo que eso se debe a que es literalmente toda la parte de debajo de la casa.

Comienzo a desempacar mis cosas para así poder arreglar un poco, está tan sucia esta habitación que comienzo a creer que alguien ya habitaba aquí.

Escucho que tocan a la puerta y sin pasar un segundo puedo oler la sangre de la persona que está en la puerta, tan fresca que desde aquí abajo puedo saborearla.

Mi madre es quien atiende a la puerta, dándole el paso a la persona que viene a visitar a sus nuevos vecinos, supongo que no tiene la más mínima idea de quienes somos.

- Buenas tardes, soy su vecina de la casa siguiente - Comenta la señora a mi madre.

- Buenas tardes, mi nombre es Ophelia Scarafia y apenas me mudé junto a mi familia - Comenta mi madre a nuestra nueva vecina.

- Mucho gusto, veo que tu casa es muy linda ¿eres hija del señor Franklin? - Agrega la vecina un poco dudosa.

- Éramos parientes cercanos, nos dejó la casa hace un tiempo cuando todavía estaba vivo - Responde amablemente mi madre.

- Qué curioso, porque el señor Franklin no tenía esposa y mucho menos hijos - Dice cuestionando la respuesta de mi madre.

Y esa es mi señal para subir junto a mi madre y poder saber un poco más de nuestra vecina confundida, de todos los miembros de mi familia yo soy el que tiene la habilidad de leer la mente de las personas, pero también puedo conocer su pasado con tan solo tocarlos.

Hasta La Última EspinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora