"Love is in the air"

6. Emociones.

Jungkook tenía una extraña obsesión con que todo le saliera exactamente como él lo planeaba, incluso acomodaba las sillas a su gusto, siempre rectas y bien puestas, siempre necesitaba su propio espacio personal por eso su última relación no funcionó, Yu- ri le pedía una relación monógama, y el lo respeto, luego le pidió hacerlo público y lo respeto, pero mientras Yu- ri pedía de a pocos simplemente a Jungkook no le apetecía darle más, por eso iniciaron las peleas cuando no quiso que se mudaron juntos, o le acepto sus pertenencias en la casa de Jungkook, no es que no le interesara, pero para Jungkook estaba primero sus relaciones económicas, su propia empresa, al fin llegó la oportunidad de crecer en el extranjero y nunca lo pensó dos veces, se fue y dejó a Yu- ri en Daejeon, su vida era tan privada como pulcra para los medios sociales, pero nadie puede culpar a Jungkook era un maníaco y Yu- ri sabía a lo que se atenía desde el día uno de relacion.

“Loco.” hablo solo, notando la bonita bolsa que claramente no era de su propiedad, Jungkook la abrió con una pequeña sonrisita inconsciente, pudo sacar un teléfono, el labial que Tae habia ocupado para rayar el auto y una cartera pequeña y linda, se veía que contenía algunas tarjetas, algo de dinero. Sus manos vacilaron y sus dedos por fin se deslizaron quitando el broche poco seguro de la cartera para abrirla, pero algo lo detenía, una voz en su cabeza resonaba una y otra vez. “No mereces saber quien soy”, al tararear vagamente cerró la cartera sin siquiera revisar demás, solo volvió todo a su lugar. Saliendo con ella en la mano y dirigiéndose a la entrada principal de su trabajo.

“Won- hee, dile a Juwon, que quiero un informe del presupuesto y lo traiga a mi despacho”, la peli castaña asintió en seguida, y salió del segundo despacho de Jungkook, este era más recurrente para el azabache, tenía un baño lujoso, un guardarropa y un cómodo sofá de cuero y una vista de segundo piso hacia su equipo de trabajo, ideal para el adicto al trabajo.

Namjoon estaba en ese cómodo sofá, esperando al menos una digna explicación para entender el lío pasado, “¿Y bien?”

Ni bien pudo terminar de hablar Nam, cuando la línea del teléfono del escritorio de Jungkook sonaba, con un pequeño ademán levantó el dedo índice a Namjoon, indicando que necesitaba un minuto y se recargó en su escritorio mientras atendía.

“Presidente Jeon, perdone que lo interrumpa” inició la recepcionista, “Un desconocido ha venido a verle, pero insiste en no dar su nombre ¿llamó a la policía?” preguntó la joven mujer, del otro lado de la línea Kook pudo escuchar la voz que le rondaba en la cabeza, una que se quejaba junto con otro bullicio, pero no les ponía tanta atención como a la grave y linda voz que ya conocía.

“Un desconocido que insiste en no decir su nombre ¿eh?” soltó una pequeña risa, que descolocó por completo a Nam. “Lo conozco, que espere 5 minutos” colgó sin siquiera esperar respuesta, y no es como que la necesitara, realmente era el jefe.

“El presidente Jeon vendrá en 5 minutos, si gusta esperarlo en la sala”, la secretaria indicó, reverenciando su cuerpo un poco, y se sentó volviendo absorta a su trabajo. Taehyung asintió despegando sus manos del alto mostrador que le llegaba al pecho. “5 minutos” ladeo la cabeza convenciendo de que podía esperar ello, pero en cuanto pasaran y ese arrogante hombre no lo atendiera entonces desataría un lío. Se acomodo en el hombro de Mimi y se quedó quieto al menos unos minutos.  

La puerta de la segunda oficina se tocó y la mandíbula de Jungkook se endureció igual que su ceño, “adelante”

 “Presidente Jeon” Juwon se apresuró a quedar enfrente del majestuoso hombre y se reverencio tan recto como pudo. “Traje lo que ordenó” apresuró a darle los papeles a Namjoon quien se los paso a Jungkook en cadena, quedando como un espectador.

“Cancelaste las becas, ¿por qué?” Jungkook abrió el folder en sus manos mientras con un lápiz hacía pequeñas anotaciones a estos sobre los errores que veía y tan solo de la página uno.