7. Violetas.

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La casa de Tae no era muy grande, ni ostentosa o costosa, pero si tenía una preciosa terraza, más bien un espacio en  el segundo piso donde Tae y su tía decidieron no construir una habitación, dejaron todo al aire libre, una linda sala, un comedor brunch, flores y macetas y muchas lucecitas que puso Tae personalmente, cuando necesitaban respirar o tener un tiempo los chicos iban ahí, era su lugar seguro. Su tía So- yeon estaba tendida en un sofá acostada cómodamente, los demás chicos estaban tendidos en el suelo sobre una montaña de cojines tan desordenados, mantenían un pequeño y agradable silencio, todo esto después de que Tae les contara lo que sucedió, desde el auditorio, su universidad, la confrontación, las esposas y algunas cosas omitió, como la cena o fingir ser novio de Jungkook, sus amigos  habían presenciado el acto de Taehyung y Jungkook en la empresa, pero ellos no presionaban a Tae ahora que lo sabían, supieron ser más como un apoyo moral.

“¿Por qué abrazas esas violetas?”, Jimin se levantó un poco acomodando su mano bajo su mentón para poder observar a Tae, una pequeña y vaga pregunta, era mejor un silencio.

“La pobre está triste”, respondió Tae acariciando suavemente con su índice un pequeño pétalo de alguna flor.

“¿Enserio?”, un curioso glotón preguntó mientras se concentraba aún más en meter algunas frituras crujientes a su boca. Hobi acabó su bocado y se apropió del envoltorio con frituras.

“Tiene un hongo, así que le puse fungicidas y limpié sus hojas” miro la bonita maceta de violetas. “Pero sigue cubierta de polvo. Suele pasar cuando se sienten solas” el castaño pasó a fijar su atención al dorso de su mano derecha justo debajo del nudillo de su índice y con el pulgar de la otra acarició su tatuaje. “Suelen extrañar a su familia.” su voz comenzó a disminuir y a suavizarse conforme su pulgar acariciaba el pequeño copo de nieve “Y buscan a alguien que los cuide.”

Cuando Taehyung aún vivía con sus padres, era el niño más mimado de amor del mundo, solía tener unas manitas chiquitas y regordetas, sus cachetitos rellenaban su cara, como un plus había heredado la bonita sonrisa cuadrada de su mamá. A su mamá le encantaba ver a Taehyung feliz, sus ojitos cafés se agrandaban brillosos y curiosos, sus regordetes cachetes se elevaban por la sonrisa cuadrada que formaba, juntaba sus manos en pequeños aplausos y daba brinquitos emocionados. Su papá le solía decir a Tae que era una pequeña rafaga de ventisca de amor, como la primera nevada, impartía felicidad y amor a todos, y su mamá le aseguraba que por eso había nacido en diciembre. A menudo en las noches ella le contaba cuanto adoraba verlo así, por lo que para ella siempre sería “su pequeño copito de amor”, o como lo prefería el castaño “Mi bonito copito”, porque era suyo, de su mamá. ❆

Tomó una gran bocanada de aire y la soltó en un fuerte suspiro, “Por eso la traje conmigo”

“No estarás hablando de ti, ¿verdad cariño?” interrumpió su tía con un pequeño tono reprochable, sus manos pasearon en su esponjoso pelo acomodandolo, sus ojos miraron el cojín en su regazo. So- Yeon reprochaba no por minimizar el sentimiento de Tae, al contrario para ella Tae era el niño más precioso y listo del planeta, y sentirse sin familia o inferior era una daga a su orgullo.

“Claro que no, tía.¿Por qué lo haría?” Tae se sentó entre los cojines y abrazó la maceta a sus piernas.

“Pues no te entiendo” fingió indiferencia al igual que en su tono de voz.

“¡Solo le doy terapia a la plantita tía!” Tae se excuso con cierto humor en su voz, sus mejillas subieron un poco indicando una pequeña sonrisita en sus labios causada por la ternura que le causaba su tía.

“Aún no te entiendo” emitió un quejido molesta, sus manos se alzaron y llamó la atención de todos, quienes se sentaron como pequeños a los que les llamaban la atención. “¿Cómo fuiste a ver a Jeon Jungkook a la universidad?”

"Love is in the air"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora