Capitulo 3: El chico metido en rumores pt 1

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Esa misma noche a la hora de dormir le mande un mensaje a Agus para que me pase el número de Maira o su dirección para poder ir a hablarle urgentemente. Como buen chismoso que es, a pesar de su presencia estoica que suele tener, me exigió que le cuente qué le iba a decir a la chica. Incluso me llamó para convencerme e insistir que vendría a golpearme la ventana si es que no le contaba en ese instante. Pensando que bromeaba le corté, iba a buscar a la de pelo corto el día siguiente.

Bueno, pensé mal y treinta minutos después tenía a un chico de casi metro ochenta golpeando mi ventana con piedras del patio trasero y.... con Maira con él. Ese chico sí que tenía mucha curiosidad.

Rápidamente tuve que hacerles indicaciones por la ventana diciéndoles que me esperen en el frente porque si no iban a causar un escándalo el momento en que alguien se llegara a despertarse por los ruidos de alguien trepando las paredes. Entonces sigilosamente bajé por las escaleras hasta la entrada, tomé uno de los abrigos y abrí la puerta para toparme con mis dos amigos con pijamas y simples camperas.

— ¿Dónde quieren hablar? ¿En la vereda o en mi cuarto? — Pregunté en susurros.

— Creo que mejor será en tu cuarto - Dijo rápidamente Maira en voz baja. — Aquí está haciendo frío.

Di un vistazo por si nadie estaba levantado a esta hora y les hice paso para que entren a la casa. Agus como ya sabía el lugar de mi habitación subió corriendo por las escaleras dejándonos solos a mí y a Maira en la sala.

—Alto, ustedes dos.

Esa era la voz de mi hermano.

Lentamente nos giramos a ver a Lauti y él estaba mirándonos con una expresión rara mientras comía arroz de una cacerola. Tardé unos segundos en comprender la razón de su subir y bajar de cejas, y empecé a negar con la cabeza reiteradas veces.

— Detené tus pensamientos de pajero. - le susurré mientras tapaba los oídos de Mai. - Es sólo una amiga.

— Sí, seguro y yo nací ayer. — Respondió él aún masticando. — Voy a fingir que no los vi y suban, espero que no los descubran cuando ella se tenga que ir.

Maira quitó mis manos de sus oídos, tomó mi mano, le sonrió a mi hermano y me arrastró por las escaleras. Yo la guie a donde se encontraba mi habitación y nos metimos allí, con Agus esperándonos ya casi completamente arropado en mi cama.

— Che, cómo hiciste para que no te viera su hermano. — Preguntó Maira medio susurrando y arrojándole un almohadón que tomó de una de las sillas. — Ahora piensa que estamos...

Le tapé la boca a la chica y la hice sentar en mi cama al lado de Agustín. Ella me mordió para que la suelte por lo que tuve que ahogar un grito de dolor. — Bueno, me imagino que quieren que les cuente eso que no le conté a Agus aún.

— Eso, ¿pueden contarme ahora?

Con Maira nos miramos, ella tomó su celular tecleando algunas cosas y volvió a nosotros asintiendo. Le preguntamos qué fue lo que hizo y ella nos explicó que debía tener la aprobación de la dueña del secreto para poder decirnos con libertad. Entonces ella explicó de forma muy resumida la historia de amor de su amiga.

— Entiendo... Y vos, Facu, ¿qué es lo que nos ibas a decir?

— Oh, sí. Hace rato, cuando fui a buscar la bandeja de la Pastafrola a lo de Mati los escuché hablando...

— Aww Facu es una vieja chusma — canturreo Agus entre mis acolchados.

Maira calló a su amigo golpeándole en una de sus piernas y me hizo una señal para que continúe. Yo empecé a relatar los dichos que había escuchado hace unas horas, palabra por palabras, letra por letra para terminar con una conclusión que elaboré todo el rato que estuve en mi casa.

summer boy [buonasouliz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora