#1 El problema y los protagonistas

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En general los Quagsire son Pokémon despreocupados y calmados. Se protegen entre ellos y, en especial, protegen a los más pequeños. Siempre están en grupo, flotando en las aguas más puras. Por eso mismo es muy extraño encontrarlos en medio de un pueblo, interrumpiendo el tráfico en el cruce de las avenidas principales.

Pero ahí estaban. Eran cerca de treinta, y unos pocos Wooper que correteaban de aquí para allá.

La policía de tránsito se tardó en reorganizar el tránsito, los comerciantes estaban molestos, había curiosos por todas partes y no faltaban los Entrenadores Pokémon que ponían cara seria, ante todo para aparentar que estaban pensando algún plan cuando en realidad no sabían qué hacer.

La actitud de los Quagsire era pacífica. Estaban recostados en el cemento mientras que el sol les calentaba el cuerpo. Cualquier Entrenador con experiencia (no como los que rondaban por allí), hubiese advertido que no pasaría mucho tiempo para que un pequeño incidente, encendiera una chispa de conflicto. Más aún porque la policía había llegado apenas hace unos minutos y estaba expectante de una excusa para actuar.

Una niña pasó caminando con su madre. En la distracción, la pequeña se tropezó, cayó al suelo y dejó rodar su muy brillante pelota. Un Wooper del grupo reaccionó al objeto y corrió a patearlo. Otro Wooper se sumó y se robaron el objeto para jugar con él.

La niña lloró.

Era una tontería, pero como motivo era suficiente para que la policía se decidiera avanzar contra los Pokémon.

—No te preocupes, tranquila, ¡yo recupero tu pelota! —se involucró una chica que (aún) no era Entrenadora.

Apresurada, esa chica de dieciséis años, corrió donde el grupo de Pokémon. La multitud de gente dio un paso adelante, impulsados por el chisme, para ver qué haría una adolescente ante un montón de Quagsire salvajes.

Ella se detuvo delante del Wooper que tenía la pelota bajo la pata. Se agachó para estar a la altura. Los Quagsire más viejos se alzaron y se prepararon para atacar.

—¿Ven esa niña de allá? Está triste porque perdió su pelota. Si se la devuelven yo puedo conseguirles una pelota mucho grande.

Intentó conciliar. De seguro su plan hubiera funcionado, ante todo porque habló con sinceridad y sin malas intenciones. Sin embargo las fuerzas armadas no permitirían que los Quagsire siguiesen allí.

—¡Retrocede que nosotros nos encargamos! —le gritó a la chica, el policía que encabezó el pelotón.

Los Wooper se asustaron, los Quagsire formaron una hilera defensiva, y la muchacha quedó en medio de los dos grupos.

Una Arcanine dorada, con dos jinetes, llegó a velocidad extraordinaria, frenó en el punto medio. El brillo de la Arcanine ayudó a la impresión; y en el desconcierto, del Pokémon de fuego bajó de un salto, un joven con presencia imponente.

Si bien su presentación fue increíble, el recién llegado no supo qué decir. La multitud, la policía, los Quagsire y la muchacha se quedaron esperando unas palabras acordes a la entrada magnífica, pero nada.

—¡Buenas tardes! —gritó el otro personaje desde la espalda de Arcanine, quien también bajó de un salto y con una sonrisa presumida le habló a la policía —¿Y si dejan que los expertos nos encarguemos de problema?

Un Charizard aterrizó junto a un tercer Entrenador que no tardó en sumarse:

—Llegamos tarde porque estábamos analizando la situación.

De manera repentina, ahora había tres "expertos". La la policía no ocultó su disgusto y lanzaron comentarios de rabia.

"La Liga Pokémon otra vez", "siempre metiéndose donde no los necesitan", "estos inútiles de nuevo", y también insultos y miradas enfurecidas.

Los Quagsire se cansaron de ser espectadores. Rodearon a los Wooper y también a la adolescente. Formaron un círculo muy grande y corearon un largo canto a la par que dieron pequeños saltos y movieron sus patas con ritmo.

El cielo se arremolinó muy rápido, y antes que nadie pudiese hacer algo más, hubo un trueno ensordecedor y comenzó a llover muy fuerte.

Lo que pasó en Pueblo MetztliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora