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Jennie se removió en la cama, con el peso extra del brazo de su alfa que rodeaba su pancita. La omega de a poco empezó a abrir sus ojos, miró por el rabillo del ojo el reloj que se encontraba en la mesita de luz y miró la hora. 6:50. Tenía unas inmensas ganas de comer dulce de leche. Sigilosa, logró sacar el brazo de Lisa que la rodeaba y se dirigió al baño para lavarse los dientes y hacer sus necesidades. Normalmente, se levanta a las nueve de la mañana luego de que su alfa se haya ido a trabajar, pero que más da, ya está despierta gracias a su pequeña cachorra.

Lisa empezó a removerse en la cama al no sentir el cálido cuerpo de su omega junto al suyo. Lentamente se sentó en la cama y repitió la acción de la omega, miró el reloj para ver que hora era. Justo cuando estaba a punto de levantarse, salió la omega del baño.

—Oh, buen  día alfa.—habló Jennie con una sonrisa al ver a su alfa sentada en la cama con su cabello todo desordenado.

—Buen día, Jenn.—dijo esta con su voz ronca por recién haberse levantado, para luego encaminarse hasta su omega—.¿Qué haces despierta a esta hora?— preguntó Lisa—.Todavía es temprano.

Jennie cerró la puerta del baño y empezó a dar pasos hasta su alfa—.Lo sé, pero me levanté de la nada y tengo hambre.— dijo la omega al ya estar al frente de su alfa.

—Nos salió madrugador el cachorro he?— Lisa dijo para luego reír seguido de su omega.

—Creo que si.— comentó Jennie seguido de unas risitas.

Lisa cortó la distancia con la pelinegra juntando sus labios, para después colocar sus manos en la pancita un poco más grandecita de su omega. Jennie correspondió el beso y enredó sus brazos al redor de la alfa. Una vez que se separaron, ambas tenían una sonrisa.

—Vuelve a la cama, alfa.— rompió el silencio la omega —Todavía es temprano.—

—Entonces tú también vuelve a la cama.—contestó y después dejó un besito en la nariz botón de la pelinegra. Esta rio ante ese gesto.

—Está bien, pero primero déjame ir a buscar la razón por la cual me levanté.— dijo la omega.

—¿No quieres que vaya yo?—preguntó la alfa.

—No, iré yo, tranquila.—dicho esto, tomó la mano de Lisa y la guio de regreso a la cama. Esta sin protestar, se dejó guiar por su omega.

Una vez que la omega regresó de la cocina, encontró a Lisa profundamente dormida. Sonrío y se acercó hasta ella y se acurrucó a su lado para así después quedarse dormida junto a su alfa.

¿Lisa? 𐙚 JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora