Son reconocidos en toda la escuela, los cuatro chicos de gryffindor encargados de crear la diversión y el caos a cualquier hora del día y en cualquier fecha del año.
Quackity portador el caos, el deseoso de explotar y causar revuelo en todo el lugar,
sin importarle mucho las consecuencias de sus actos, confiado en que siempre se saldrán con la suya.
Spreen su fuel compañero, quién siempre sigue sus bromas y completa muchos de sus planes, él genio de los encantamientos y mucho más si estos son capaces de causar un desastres.
Por otro lado estaba Mariana, temeroso al sus amigos o de las cosas de las que son capaces de hacer. Gracias a su astucia es el encargado de crear planes de seguridad, para que ninguna de sus bromas termine mal.
Y luego esta Roier, el tranquilo chico que los mira con aprecio detrás de sus libros de astronomía, riéndose de las ocurrencias de Quackity, rodando los ojos cada vez que Spreen daba un comentario y apoyando con palabras a Mariana, animandolo a divertirse, aún cuando él no es conocido como el alma de la fiesta.
Las bromas son usuales en el castillo y cada vez que una travesura sale a la luz, sus nombres se escuchan a traves de los pasillos.
-¿Creen que Wilbur acepté salir conmigo dentro de poco?- Pregunta Quackity, suspirando cuando observa al chico de cabello caoba acomodar sus anteojos y caminar hacia ellos, mientras sonríe, específicamente a Roier.
-Deberías sorprenderlo con un nuevo encantamiento o alguna carta-. Propone Mariana, quitandole un pedazo del chocolote que Roier está comiendo.
-Mejor hacemos otra broma o una fiesta en la sala común-. Anima Spreen, llevando una de sus manos al hombro de su mejor amigo, sosteniendolo por si llega a desmayarse al tener a su amor platónico de toda la vida frente a él.
-Él odia nuestras bromas y las fiestas-. Responde en un murmuro Roier para luego caminar un poco lejos de ellos y saludando con una sonrisa al chico de anteojos.
Se dan un pequeño abrazo en forma de saludo, algo usual en el dúo y antes de caminar hacia la biblioteca miran al trío de tras de ellos. Roier les sonríe mientras Wilbur les da una corta mirada, deteniéndose por un momento en el chico de gorro.
Roier es observador y conoce a sus mejore amigos. Sabe que Wilbur está interesado en Quackity aún cuando finge no estarlo, es por eso que no para de gritar un "se gustan, se aman, se besan" cuando están muy lejos del trío.
Por otro lado está Spreen, observandolos desaparecer entre los pasillos.
-¿Por qué prefiere estar con él antes de estar con nosotros?-. Pregunta una vez más, sabiendo que sus amigos responderán lo mismo de todos los días.
-Está con nosotros la mayor parte del día mien, debes empezar a compartirlo un poco más.
-¡Mentira! da clases por las tardes y algunas veces por las mañanas, en las noches debe patrullar, tiene que realizar sus tareas de prefecto, pasa horas en la biblioteca y puede hablar por horas con, con todo respeto Quackity, el hijo de re mil...
-Terminas la oración y te mato cabrón.
Quackity no tiene que decir más, porque rápidamente Spreen levanta las manos en forma de rendición, dándole una mala mirada a Mariana cuando lo escucha murmurar un "uhhh" lleno de diversión.
»No entiendo porque te molesta tanto, nosotros hacemos cosas sin él también, como jugar al Quidditch y...
-Hacer fiestas.
-Molestar a los de Slytherin.
-E intentar de que Mariana regrese con su ex.
Caminan hacia su habitación, con Mariana quejándose de su vida amorosa y Quackity se queja de la lealtad de su mejor amigo y como no les ha hablado de sus secretos con Wilbur, mientras que Spreen empieza a imaginar los millones de secretos que deben tener esos dos.
